• Job 3:1

    Después de esto, Job abrió su boca y maldijo su día.

  • Job 3:2

    Tomó Job la palabra y dijo:

  • Job 3:3

    — Perezca el día en que nací y la noche en que se dijo: “¡Un varón ha sido concebido!”.

  • Job 3:4

    Sea aquel día tinieblas. Dios no pregunte por él desde arriba ni resplandezca la claridad sobre él.

  • Job 3:5

    Reclámenlo para sí las tinieblas y la densa oscuridad; repose sobre él una nube, y cáusele terror el oscurecimiento del día.

  • Job 3:6

    Apodérese de aquella noche la oscuridad. No sea contada junto con los días del año ni aparezca en el cómputo de los meses.

  • Job 3:7

    ¡He aquí, sea aquella noche estéril; no penetren en ella los gritos de júbilo!

  • Job 3:8

    Maldíganla los que maldicen el día, los que se aprestan a instigar al Leviatán.

  • Job 3:9

    Oscurézcanse sus estrellas matutinas. Espere la luz, pero no le llegue ni vea los destellos de la aurora;

  • Job 3:10

    porque no cerró las puertas de la matriz, para esconder de mis ojos el sufrimiento.

Continúa después de la publicidad