Jesús vio a Natanael que se le acercaba y dijo de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño.

Jesús vio a Natanael que se le acercaba y dijo de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño. - no sólo sin ser hipócrita, sino, con una sencillez cándida que no siempre se encuentra ni siquiera en el propio pueblo de Dios, dispuesto a seguirlo dondequiera que la verdad lo guíe, diciendo, como Samuel: "Habla, Señor, que tu siervo oye".

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