Daniel 2:1-49

1 En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, este tuvo un sueño; y su espíritu se perturbó, y no pudo dormir.

2 El rey mandó llamar a los magos, a los encantadores, a los hechiceros y a los caldeos para que le declararan sus sueños. Vinieron y se presentaron delante del rey.

3 Y el rey les dijo: — He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por entender el sueño.

4 Entonces los caldeos dijeron al rey en arameo: — ¡Oh rey, para siempre vivas! Di el sueño a tus siervos y te declararemos la interpretación.

5 El rey respondió y dijo a los caldeos: — De mi parte el asunto está decidido: Si no me dan a conocer el sueño y su interpretación serán descuartizados y sus casas serán convertidas en ruinas.

6 Pero si me declaran el sueño y su interpretación recibirán de mí regalos, presentes y grandes honores. Por tanto, declárenme el sueño y su interpretación.

7 Le respondieron por segunda vez diciendo: — Diga el rey el sueño a sus siervos y nosotros declararemos su interpretación.

8 El rey respondió: — Ciertamente yo me doy cuenta de que ustedes ponen dilaciones, porque ven que de mi parte el asunto está decidido:

9 Si no me dan a conocer el sueño, habrá una sola sentencia para ustedes. Ciertamente se han puesto de acuerdo para dar una respuesta mentirosa y corrupta delante de mí, entre tanto que las circunstancias cambien. Por tanto, díganme el sueño, para que yo sepa que también pueden declarar su interpretación.

10 Los caldeos respondieron delante del rey: — No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey, porque ningún rey grande y poderoso ha pedido cosa semejante a ningún mago ni encantador ni caldeo.

11 Además, el asunto que el rey pide es difícil, y no hay delante del rey quien lo pueda declarar, salvo los dioses, cuya morada no está con los mortales.

12 Por esto, el rey se enfureció y se airó muchísimo, y mandó que mataran a todos los sabios de Babilonia.

13 Se promulgó el decreto, para que los sabios fueran llevados a la muerte. Y buscaron a Daniel y a sus compañeros para que fueran muertos.

14 Entonces Daniel se dirigió con prudencia y discreción a Arioc, capitán de la guardia del rey, quien había salido para matar a los sabios de Babilonia.

15 Habló y dijo a Arioc, oficial del rey: — ¿Cuál es la causa por la que se ha promulgado este decreto tan severo de parte del rey? Entonces Arioc declaró el asunto a Daniel.

16 Daniel entró y pidió al rey que le diera tiempo para que le declarara la interpretación.

17 Luego Daniel fue a su casa y dio a conocer el asunto a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros,

18 a fin de implorar misericordia del Dios de los cielos con respecto a este misterio, para que Daniel y sus compañeros no perecieran junto con el resto de los sabios de Babilonia.

19 Entonces el misterio le fue revelado a Daniel en una visión de noche, por lo cual Daniel bendijo al Dios de los cielos.

20 Daniel habló y dijo: “¡Sea bendito el nombre de Dios desde la eternidad hasta la eternidad! Porque suyos son la sabiduría y el poder.

21 Él cambia los tiempos y las ocasiones; quita reyes y pone reyes. Da sabiduría a los sabios y conocimiento a los entendidos.

22 Él revela las cosas profundas y escondidas; conoce lo que hay en las tinieblas y con él mora la luz.

23 A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y poder. Y ahora me has dado a conocer lo que te hemos pedido, pues nos has dado a conocer el asunto del rey”.

24 Después de esto, Daniel entró a la presencia de Arioc, a quien el rey había comisionado para hacer perecer a los sabios de Babilonia. Fue y le dijo así: — No hagas perecer a los sabios de Babilonia. Llévame a la presencia del rey y yo declararé al rey la interpretación.

25 Entonces Arioc llevó apresuradamente a Daniel a la presencia del rey y le dijo así: — He hallado un hombre de los cautivos de Judá, quien dará a conocer al rey la interpretación.

26 El rey habló y preguntó a Daniel, cuyo nombre era Beltesasar: — ¿Podrás tú darme a conocer el sueño que tuve y su interpretación?

27 Daniel respondió en presencia del rey diciendo: — El misterio sobre el cual el rey pregunta, ni los sabios ni los encantadores ni los magos ni los adivinos lo pueden declarar al rey.

28 Pero hay un Dios en los cielos, quien revela los misterios. Él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. Tu sueño y las visiones de tu cabeza en tu cama son estos:

29 Estando tú, oh rey, en tu cama, tus pensamientos se agitaban por saber lo que había de suceder en el porvenir; y el que revela los misterios te ha hecho saber lo que ha de suceder.

30 En cuanto a mí, me ha sido revelado este misterio, no porque la sabiduría que hay en mí sea mayor que la de todos los vivientes, sino para que yo dé a conocer al rey la interpretación y para que entiendas los pensamientos de tu corazón.

31 »Tú, oh rey, mirabas y he aquí una gran estatua. Esta estatua, que era muy grande y cuyo brillo era extraordinario, estaba de pie delante de ti; y su aspecto era temible.

32 La cabeza de esta estatua era de oro fino; su pecho y sus brazos eran de plata; su vientre y sus muslos eran de bronce;

33 sus piernas eran de hierro; y sus pies en parte eran de hierro y en parte de barro cocido.

34 Mientras mirabas, se desprendió una piedra, sin intervención de manos. Ella golpeó la estatua en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

35 Entonces se desmenuzaron también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro; y se volvieron como el tamo de las eras en verano. El viento se los llevó, y nunca más fue hallado su lugar. Y la piedra que golpeó la estatua se convirtió en una gran montaña que llenó toda la tierra.

36 »Este es el sueño. Y su interpretación también la diremos en presencia del rey:

37 Tú, oh rey, eres rey de reyes porque el Dios de los cielos te ha dado la realeza, el poder, la fuerza y la majestad.

38 Todo lugar donde habitan los hijos del hombre, los animales del campo y las aves del cielo, él los ha entregado en tus manos y te ha dado dominio sobre todos ellos. Tú eres aquella cabeza de oro.

39 Después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo, y otro tercer reino de bronce, el cual dominará en toda la tierra.

40 El cuarto reino será fuerte como el hierro; y como el hierro todo lo desmenuza y pulveriza, y como el hierro despedaza, así desmenuzará y despedazará a todos estos.

41 Lo que viste de los pies y de los dedos, que en parte eran de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, significa que ese reino estará dividido; pero en él habrá algo de la firmeza del hierro, tal como viste que el hierro estaba mezclado con el barro cocido.

42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, así el reino será en parte fuerte y en parte frágil.

43 En cuanto a lo que viste, que el hierro estaba mezclado con el barro cocido, se mezclarán por medio de alianzas humanas, pero no se pegarán el uno con el otro, así como el hierro no se mezcla con el barro.

44 »Y en los días de esos reyes, el Dios de los cielos levantará un reino que jamás será destruido ni será dejado a otro pueblo. Este desmenuzará y acabará con todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre.

45 De la manera que viste que de la montaña se desprendió una piedra sin intervención de manos, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro cocido, la plata y el oro, el gran Dios ha hecho saber al rey lo que ha de acontecer en el porvenir. El sueño es verdadero y su interpretación es fiel.

46 Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y rindió homenaje a Daniel. Mandó que le ofrecieran ofrendas e incienso.

47 El rey habló a Daniel y le dijo: — Ciertamente el Dios de ustedes es Dios de dioses y Señor de reyes. Él revela los misterios, pues tú pudiste revelar este misterio.

48 Entonces el rey engrandeció a Daniel y le dio muchos y grandes regalos. Le dio dominio sobre toda la provincia de Babilonia y lo hizo intendente principal de todos los sabios de Babilonia.

49 Daniel solicitó del rey, y él designó a Sadrac, a Mesac y a Abed-nego sobre la administración de la provincia de Babilonia. Y Daniel permaneció en la corte del rey.

CAPITULO 2

Vv 1-49. EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR; LO INTERPRETA DANIEL, Y SU PROMOCION.

1. segundo año de … Nabucodonosor—El cap. 1:5, hace ver que “tres años” habían transcurrido, desde cuando Nabucodonosor hubo tomado Jerusalén. La solución de esta dificultad es, que Nabucodonosor había gobernado como subordinado a su padre Nabopolasar, tiempo al cual se refiere el cap. 1; mientras que “el segundo año”, en el cap. 2, se cuenta desde su soberanía individual. La misma dificultad es una prueba de lo genuino; todo estaba claro para el escritor y sus lectores originales por su conocimiento de las circunstancias, y por esto él no agrega ninguna explicación. Un falsificador no introduciría dificultades; el autor en aquel entonces no veía dificultad en el caso. Nabucodonosor se llama “rey” (cap. 1:1), por anticipación. Antes que saliera de Judea, llegó a ser rey verdadero por la muerte de su padre, y los judíos siempre le llamaban “rey” como comandante del ejército invasor. soñó sueños—Es significativo que no a Daniel, sino al entonces gobernante mundial, Nabucodonosor, fuese concedido el sueño. El poder mundial había de conocer, de parte del primero de sus representantes que había conquistado la teocracia, la suerte que le esperaba al ser sojuzgado para siempre por el reino de Dios. Así como esta visión comienza la primera parte del libro, así la del cap. 7 la termina. Nabucodonosor como vicerregente de Dios (v. 37; véase Jeremias 25:9; Ezequiel 28:12; Isaías 44:28; Isaías 45:1; Romanos 13:1), es honrado con la revelación por medio de un sueño que era una manera muy apropiada para uno que estaba fuera del reino de Dios. Fué así también, en el caso de Abimelec, Faraón, etc. (Génesis caps. 20 y 41), especialmente porque los paganos daban tanta importancia a los sueños. Sin embargo, no es él quien lo interpreta, sino un israelita. El paganismo es pasivo, pero Israel activo, en cosas divinas, de modo que la gloria pertenece al “Dios del cielo”.

2. Caldeos—aquí, cierta orden de magos sacerdotes, que llevaban una vestimenta peculiar, como la vista en los dioses y hombres deificados en las esculturas asirias. Probablemente pertenecían exclusivamente a los caldeos, la tribu original de la nación babilónica, así como los magos eran propiamente medos.

3. mi espíritu se ha perturbado por saber el sueño—Despertó alarmado, recordando que algo solemne le había sido presentado en un sueño, sin poder recordar la forma en que se había adornado. Su pensamiento en la grandeza inaudita a la cual había alcanzado su poder (v. 29). hizo que estuviese ansioso por saber cuál sería el resultado de todo aquello. Dios responde a este deseo en la forma más acertada para impresionarlo.

4. Aquí empieza la porción caldea del libro de Daniel, la cual continúa hasta el fin del cap. 7. En ella, se trata del curso, carácter y la crisis del poder gentil; mientras que en las otras partes, que están en hebreo, se trata de cosas que tienen que ver especialmente con los judíos y Jerusalén. aramea—el caldeo arameo, la lengua indígena del rey y su corte; mencionándola aquí, el profeta insinúa el motivo por el cual él la empleaba desde este punto. para siempre vive—fórmula usada para dirigirse a los reyes, como nuestra frase “¡viva el rey!” Véase 1 Reyes 1:31.

5. El negocio—es decir, “El sueño se me fué”. Traduce Gesenius: “El decreto ha salido de mí”, irrevocable (Véase Isaías 45:23), es decir, que seáis vosotros ejecutados, si no me contáis tanto el sueño y como la interpretación. Nuestra versión es más sencilla, pues supone que el rey mismo se había olvidado del sueño. Los que fingen tener conocimientos sobrenaturales, a menudo traen sobre sí su castigo propio. seréis hechos cuartos—(1 Samuel 15:33). vuestras casas … por muladares—más bien, “montón cenagoso”. Las casas de Babilonia fueron hechas de adobes; cuando eran destruídas, la lluvia convertía todo en un montón de barro, en la tierra húmeda, cerca del río. [Stuart.] En cuanto a la conformidad de esta cruel amenaza con el carácter mismo de Nabucodonosor, véase cap. 4:17, “al más bajo de los hombres”; Jeremias 39:5; Jeremias 52:9.

6. dones—lit. “obsequios derramados en grande abundancia”.

8. ponéis dilaciones—lit. “compráis tiempo”. Véase Efesios 5:16; Colosenses 4:5, donde el sentido es algo diferente. el negocio se me ha ido—(Véase Nota, v. 5).

9. una sola sentencia—un solo decreto; no puede haber un segundo decreto, que revoque el primero (Ester 4:11). perversa—engañosa. entre tanto que se muda el tiempo—hasta que venga un estado nuevo de cosas, ya sea que yo deje de perturbarme por el sueño o que venga un cambio en el gobierno (el cual la agitación causada por el sueño hacía temer a Nabucodonosor, y que así sospechase que conspiraban los caldeos). decidme el sueño, para que yo entienda que me podéis mostrar su declaración—Si no podéis contar lo pasado, un sueño que realmente me fué presentado, ¿cómo podéis saber, y mostrar, los acontecimientos futuros incluídos en el sueño?

10. No hay hombre … que pueda declarar el negocio—Dios hace que los paganos, por su propia boca, condenen sus impotentes pretensiones al conocimiento sobrenatural, para hacer ver en contraste más claro el poder de él para revelar secretos a sus siervos, aunque son meros “hombres sobre la tierra” (véase vv. 22, 23). demás de esto—es decir, si tales cosas pudieran ser hechas por los hombres, otros príncipes absolutos las habrían conseguido de sus magos; como no lo han hecho, es prueba de que tales cosas no pueden hacerse, y con razón no se puede exigir de nosotros.

11. los dioses cuya morada no es con la carne—que corresponde a “hombres sobre la tierra”; porque había, según su creencia, “hombres en el cielo”, es decir, hombres deificados; por ejemplo, Nimrod. Aquí se refiere a los dioses supremos, quienes, en la creencia caldea, solos pueden resolver la dificultad, pero que no se comunican con los hombres. Los dioses inferiores, intermedios entre los hombres y los dioses supremos, son incapaces de resolverla. Contrástese con la idea pagana de la absoluta separación entre Dios y el hombre, Juan 1:14 : “Y aquél verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros”; Daniel en este asunto fué hecho su representante.

12, 13. Parece que Daniel y sus compañeros no habían sido contados entre los magos y caldeos, y por esto no fueron llamados a la presencia del rey. La providencia lo había ordenado de modo que toda sabiduría meramente humana, fuese mostrada vana, antes que su divino poder fuese manifestado por medio de su siervo. El v. 24 demuestra que el decreto de que se matase a los sabios, no se había ejecutado, cuando se interpuso Daniel.

14. capitán de los de la guarda del rey—que mandaba a los verdugos (véase Margen, y Génesis 37:36, Margen).

15. ¿Qué es la causa … tan apresuradamente?—¿Por qué no fuimos consultados todos, antes que el decreto para la ejecución de todos fuese publicado? el negocio—la perturbación del rey en cuanto a su sueño, y su consulta abortiva con los caldeos. Es evidente por esto que Daniel hasta ahora ignoraba todo el asunto.

16. Daniel entró—tal vez no en persona, sino por la mediación de algún cortesano que tenía acceso a él. La primera entrevista directa parece haber sido v. 25. [Barnes.] le diese tiempo—El rey concedió “tiempo” a Daniel, aunque no lo hizo con los caldeos, porque ellos dejaron ver su propósito falso pidiendo que el rey les contase el sueño, lo que no hizo Daniel. La providencia sin duda influyó en su mente, ya favorable (cap. 1:19, 20), para que mostrase favor especial a Daniel.

17. Aquí aparece el motivo por el cual Daniel pidió “tiempo” (v. 16), es decir, él quería comprometer a sus amigos, para que se uniesen con él en oración a Dios, pidiendo que él le revelase el sueño.

18. Un ejemplo del poder de la oración unida (Mateo 18:19). La misma instrumentalidad rescató a Pedro de su peligro (Hechos 12:5).

19. revelado … en visión de noche—(Job 33:15).

20. Daniel habló—respondió a la bondad de Dios con alabanzas. nombre de DiosDios en su revelación de sí mismo por obra de amor, “sabiduría y poder” (Jeremias 32:19).

21. muda los tiempos y las oportunidades—“En estas palabras da el autor una intimación general preparatoria, de que el sueño de Nabucodonosor tiene que ver con los cambios y sucesiones de reinos” [Jerónimo.] Los “tiempos” son las fases y períodos de duración de imperios (Véase cap. 7:25; 1 Crónicas 12:32; 1 Crónicas 29:30); las “oportunidades”, los tiempos convenientes para su apogeo, decadencia y su destrucción (Eclesiastés 3:1; Hechos 1:7; 1 Tesalonicenses 5:1). Las vicisitudes de los estados, con sus “tiempos” y “oportunidades”, no son reguladas al azar o por fatalidad, como creían los paganos, sino por Dios. quita reyes—(Job 12:18; Salmo 75:6; Jeremias 27:5; cf. 1 Samuel 2:7). da la sabiduría—(1 Reyes 3:9; Santiago 1:5).

22. El revela—(Job 12:22). Así espiritualmente, Efesios 1:17. conoce lo que está en tinieblas—(Salmo 139:11; Hebreos 4:13). la luz mora con él—(Santiago 1:17; 1 Juan 1:4, Joel 1:4). “Apocalipsis” o “revelación” significa una profecía divina, una actividad humana. Véase 1 Corintios 14:6, donde se hace distinción entre las dos cosas. El profeta está en relación con el mundo exterior, dirigiendo a la congregación las palabras con las cuales el Espíritu de Dios lo abastece; él habla en el Espíritu, pero el vidente apocalíptico está en el Espíritu su persona entera (Apocalipsis 1:10; Apocalipsis 4:2). La forma de la revelación apocalíptica (la misma palabra quiere decir que quitado) es subjetivamente o el sueño, o, en el velo que esconde al mundo invisible, es plano superior, la visión. La interpretación del sueño de Nabucodonosor, fué una educación preparatoria para Daniel mismo. Por pasos graduados, en los cuales cada revelación lo preparaba para la que había de seguir. Dios lo capacitó, para descubrimientos que se hacían cada vez más especiales. En los caps. 2 y 4, él no es sino el intérprete de los sueños de Nabucodonosor; entonces él mismo tuvo un sueño, pero es sólo una visión en un sueño de la noche (cap. 7:1, 2); luego sigue una visión estando despierto (cap. 8:1-3); al fin, en dos revelaciones finales (caps. 9, 10, 11 y 12), el estado extático no hace más falta. La progresión en la forma corresponde a la progresión en el contenido de su profecía: en el principio los contornos generales, y más tarde éstos son llenados con detalles cronológicos e históricos minuciosos, tales como no se hallan en el Apocalipsis de Juan, aunque, como convenía en el Nuevo Testamento, la forma de las revelaciones es la más elevada, es decir, claras visiones que caminan. [Auberlen.]

23. A ti… te alabo—atribuye toda la gloria a Dios. Dios de mis padres—tú te has mostrado el mismo Dios a mí, desterrado cautivo, así como te mostraste a Israel antiguamente, y esto por causa del pacto hecho con nuestros “padres” (Lucas 1:54, Lucas 1:56; Véase Salmo 106:45). me diste sabiduría y fortaleza—siendo tú la fuente de ambas, con referencia al v. 20. Toda capacidad sabia que tenga yo, para impedir la ejecución del cruel decreto del rey, es un don tuyo. me … nos—la revelación fué dada a Daniel, como “me” da a entender; sin embargo, con justa modestia, él une consigo a sus amigos; porque fué a sus oraciones unidas y no a las de él individualmente, que él debía la revelación de parte de Dios. enseñado el negocio del rey—las mismas palabras con las que los caldeos habían negado la posibilidad de que hombre alguno sobre la tierra contase el sueño (“No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el negocio del rey”, v. 10). Los impostores son obligados por el Dios de la verdad, a comer sus propias palabras falsas.

24. Después de esto—Mejor, “por causa de esto”; porque había recibido la comunicación divina. llévame delante del rey—dando a entender que antes, en persona, no había estado delante del rey, en este asunto (Nota, v. 16).

25. Un varón … he hallado—como todos los cortesanos, al anunciar cosas agradables, se atribuye a sí mismo el mérito del descubrimiento. [Jerónimo.] Lejos de ser una discrepancia el que no dijera nada del entendimiento anterior entre él y Daniel, o que no dijera nada acerca de la petición de Daniel al rey (vv. 15, 16), esto es precisamente lo que esperaríamos en semejantes circunstancias. Arioc no se atrevería a decir a un monarca absoluto que él había demorado la ejecución del decreto cruel, bajo su propia responsabilidad; sino que, en primera instancia, la demoraría secretamente hasta que, por petición del rey, hubiera conseguido el tiempo necesario, sin que pareciera que Arioc supiera la petición de Daniel, como causa de la demora; luego, cuando Daniel hubo recibido la revelación, Arioc, en nervioso apresuramiento, lo traería al rey, como si fuera por primera vez que le hubiera “hallado”. La misma dificultad, una vez aclarada, es una prueba de la veracidad del relato; este detalle nunca sería introducido por un falsificador.

27. ni … lo pueden—siendo entendido en todo el saber de los caldeos (cap. 1:4), Daniel podría declarar autoritariamente, la imposibilidad de que un simple hombre resolviera la dificultad del rey. adivinos—de una raíz, “cortar”, refiriéndose a su acción de cortar los cielos en divisiones, y de acertar los destinos de los hombres según el lugar de las estrellas en el momento de nacer.

28. un Dios—en contraste con los “sabios”, etc. (v. 27). el cual revela los misterios—(Amós 3:7; Amós 4:13). Véase Génesis 41:45, “Zaphnath-paaneah”, el revelador de secretos, el título dado a José. a cabo de días—lit., “en los días después” (v. 29); “los postreros días” (Génesis 49:1). Se refiere a todo el porvenir, inclusive los días mesiánicos, que es la dispensación final (Isaías 2:2). visiones de tu cabeza—conceptos formados en el cerebro.

29. Mediante una revelación Dios se encontró con Nabucodonosor. quien había estado meditando en el destino futuro de su gran imperio.

30. no por sabiduría que en mi haya—no por causa de alguna sabiduría anterior que yo hubiera manifestado (cap. 1:17, 20). Los siervos de Dios especialmente favorecidos en todas las edades, desconocen todo mérito en sus personas, y lo atribuven todo, a la gracia y al poder de Dios (Génesis 41:16; Hechos 3:12). que entendieses los pensamientos de tu corazón—tu tema de pensamiento antes de dormirte. O, tal vez la aprobación del carácter de Nabucodonosor por medio de esta revelación, podrá ser el sentido (véase 2 Crónicas 32:31; Lucas 2:35).

31. El poder mundial en su totalidad, aparece como una forma humana colosal: Babilonia, la cabeza de oro, Medopersia, el pecho y dos brazos de plata, Grecomacedonia, el vientre y los muslos, y Roma, con sus vástagos germanoeslavónicos, las piernas de hierro y pies de hierro y barro: todavía existente esta cuarta parte. Sólo se menciona a aquellos reinos que están en alguna relación con el reino de Dios; de éstos no se omite ninguno; el establecimiento final de aquel reino es el propósito del gobierno moral del mundo por Dios. El coloso de metal se para en pies débiles, de barro. Toda la gloria del hombre es efímera y sin valor como la paja (Véase 1 Pedro 1:34). Pero el reino de Dios, pequeño y despreciado como una “piedra” en el suelo, es sólido en su unidad homogénea; mientras que el poder mundial, en sus elementos constituyentes heterogéneos, que sucesivamente reemplazan unos a otros, contiene los elementos de la decadencia. La relación de la piedra con la montaña, es la del reino de la cruz (Mateo 16:23; Lucas 24:26), con el reino de la gloria, empezando aquél y terminando éste cuando el reino de Dios despedace los reinos del mundo (Apocalipsis 11:15). El contraste que hizo Cristo entre los dos reinos, se refiere a este pasaje. una grande imagen—lit., “una imagen que fué grande.” Aunque los reinos eran diferentes, era esencialmente uno y el mismo poder mundial bajo fases diferentes, así como la imagen era una, aunque sus partes eran de metales diferentes.

32. En las monedas antiguas, los estados frecuentemente se representan bajo formas humanas. La cabeza y partes altas, quieren decir los tiempos primitivos; las partes inferiores, los tiempos posteriores. Los metales vienen a ser cada vez más ordinarios, dando a entender la degeneración progresiva de mal en peor. Hesíodo, 200 años antes de Daniel, había comparado las cuatro edades con los cuatro metales en el mismo orden; la idea es sancionada aquí por la Escritura Sagrada. Esto era tal vez uno de aquellos fragmentos de la revelación entre los paganos, derivados de la tradición acerca de la caída del hombre. Los metales bajan en su gravedad específica, en la medida que descienden; la plata no es tan pesada como el oro, el bronce no es tan pesado como la plata, y el hierro, no tan pesado como el bronce, estando arreglados en este orden, al revés de su estabilidad. [Tregelles.] Nabucodonosor recibió su autoridad de Dios, no del hombre, ni como responsable al hombre. Pero el rey persa era tan dependiente de otros que no pudo librar a Daniel de los príncipes (cap. 6:14, 15); contrástese con el cap. 5:18, 19, acerca del poder de Nabucodonosor derivado de Dios, “los que él quería mataba, y daba vida a los que quería” (cf. Esdras 7:14; Ester 1:13). La Macedonia griega deja ver su desmejoramiento en sus divisiones, no unida como Babilonia y Persia. El hierro es más fuerte que el bronce, pero en otros aspectos es inferior; así Roma, sana y fuerte para hollar las naciones, pero menos regia, mostraba su principal deterioración en su último estado. Cada reino se incorpora y se asimila a sus antecesores (véase cap. 5:28). El poder que estaba en la mano de Nabucodonosor, fué dado por Dios (vv. 37, 38), la autocracia, en los reyes persas, era el poder de gobernar que descansaba sobre la nobleza de persona y nacimiento, siendo los nobles iguales en rango al rey, pero no en el poder oficial; en Grecia había una aristocracia, no de nacimiento, sino de influencia individual; en Roma, la autoridad era más baja de todas, y dependía enteramente de la elección popular, siendo elegido el emperador, por una elección popular militar.

33. Así como los dos brazos de plata, significan los reyes de los medos y persas [Josefo]; y los dos muslos de bronce, los seleucidas de Siria y lágidas de Egipto, las dos secciones principales, en las que se dividió la Macedonia griega, así las dos piernas significan los dos cónsules romanos. [Newton.] El “barro” en el v. 41, “barro cocido de alfarero”, v. 43, “tiesto de barro” quieren decir “utensilios de barro cocido”, duros pero frágiles (véase Salmo 2:9; Apocalipsis 2:27, donde se usa la misma figura del mismo acontecimiento); los pies son estables, mientras soportan sólo una presión directa, mas fácilmente rotos en pedazos, por un golpe (v. 34), como el hierro entremezclado no detiene tal resultado, sino que lo apresura.

34. una piedra—El Mesías y su reino (Génesis 49:24; Salmo 118:22; Isaías 28:16). En su relación con Israel, es una “piedra de tropiezo” (Isaías 8:14; Hechos 4:11; 1 Pedro 2:7), sobre la cual ambas casas de Israel se rompen, mas no se destruyen (Mateo 21:32). En su relación con la iglesia, la misma piedra que destruye la imagen, es cimiento de la iglesia (Efesios 2:20). En su relación con el poder mundial, la piedra es su destructor (vv. 35, 44; véase Malaquías 12:3). Cristo dice (Mateo 21:44, refiriéndose a Isaías 8:14), “El que cayere sobre esta piedra (es decir, tropezar y ser ofendido en él, como lo eran los judíos, de quienes dice: El reino de Dios será quitado), será quebrantado”; pero (refiriéndose a los vv. 34, 35) “sobre quien ella cayere” (refiriéndose al poder mundial, que había sido el instrumento para quebrantar a los judíos), no sólo le quebrantará, sino “le desmenuzará” (1 Corintios 15:24). La caída de la piedra sobre los pies de la imagen, no puede referirse a Cristo en su primer advenimiento, porque el cuarto reino todavía no estaba dividido—los dedos de los píes no estaban en existencia (Véase Nota, v. 44). fué cortada—es decir, “de la montaña” (v. 45); es decir, Monte Sión (Isaías 2:2), y antitípicamente, el monte celestial de la gloria del Padre, de quien vino Cristo. no con mano—explicado en el v. 44, “levantará el Dios del cielo un reíno”, en contraste con la imagen que fué hecha con manos de hombre. El Mesías no fué creado por intervención humana, sino concebido por el Espíritu Santo (Mateo 1:20; Lucas 1:35; véase Malaquías 4:6; Marco 14:58; Hebreos 9:11, Hebreos 9:24). De modo que “no de mano de hombre”, es decir, celestial, 2 Corintios 5:1, espiritual, Colosenses 2:11. Los reinos mundiales fueron levantados por ambición humana; mas éste es el “reino de los cielos”; “no es de este mundo” (Juan 18:36). Así como el cuarto reino, o Roma, fué representado en un estado doble, primero fuerte, con piernas de hierro, luego débil, con dedos en parte de hierro, en parte de barro; así también el quinto reino, el de Cristo, se ve, por su parte, primero insignificante como una “piedra”, luego como una “montaña”, que llenaba toda la tierra. Los diez dedos son los diez reinos menores, en los cuales el reino romano fué dividido finalmente. Esta división décupla, aquí insinuada, no se especifica en detalle, sino en el capítulo siete. El cuarto imperio, originalmente, fué limitado en Europa, más o menos por los ríos Rhin y Danubío; en Asia, por el Eufrates. En Africa poseía Egipto y las costas septentrionales; Bretaña del Sur y Dacia, fueron añadidas después, pero más tarde dejadas. Los diez reinos no se levantarán mientras no se produzca una deterioración (por la mezcla de barro con el hierro); ellos existen, cuando Cristo llega en gloria, y entonces son quebrantados en pedazos. Se ha buscado a los diez, en las hordas invasoras de los siglos quinto y sexto. Pero, aunque muchas provincias fueron en aquel entonces separadas de Roma como reinos independientes, la dignidad de emperador todavía continuaba, y el poder imperial se ejercía por Roma misma, durante dos siglos. De modo que las divisiones décuplas no pueden buscarse antes de 731 de J. C. Pero el oriente no ha de ser excluído, como hay cinco dedos en cada pie. De modo que no se puede fijar un punto de tiempo para la división, antes de la derrota del imperio con la toma de Constantinopla por los turcos (año 1453). Parece entonces, que los diez definitivos serán el desarrollo final del imperio romano, inmediatamente antes del levantamiento del Anticristo, quien destruirá tres de los reinos, y después de tres años y medio, él mismo será destruído, por Cristo en persona. Algunos de los diez reinos serán, sin duda, los mismos, como algunas divisiones pasadas y presentes del viejo imperio romano, lo que explica la continuidad entre los dedos y las piernas, no siendo interpuesta una brecha de siglos, como es objetado por los contrarios de la teoría futurista. Las listas confeccionadas por éstos difieren unas de otras; y son rechazadas, por el hecho de que incluyen países que nunca eran romanos, y excluyen toda una sección del imperio, es decir, la sección oriental [Tregelles.] en sus pies—él último estado del imperio romano. No “sobre sus piernas”. Véase “en los días de estos reyes” (Nota, v. 44).

35. fué también desmenuzado—todo juntamente, excluyendo una existencia contemporánea de los reinos del mundo y el reino de Dios (en su fase manifiesta, como distinguida de su fase espiritual). El reino de Dios no ha de ir consumiendo aquel reino gradualmente, sino de destruirlo de una vez y completamente (2 Tesalonicenses 1:7; 2 Tesalonicenses 2:8). Sin embargo, el hebreo puede traducirse, “en una masa discriminada”. tamo—figura de los impíos, como serán tratados en el juicio (Salmo 1:4; Mateo 3:12). las eras del verano—El grano era aventado en el oriente en un espacio elevado, al aire libre, echándose el grano al aire con una pala, de modo que el viento pudiera llevarse el tamo. nunca más se les halló lugar—(Apocalipsis 20:11; véase Salmo 37:10, Salmo 37:36; Salmo 103:16). la piedra … fué hecha un gran monte—cortada de la montaña (v. 45) originalmente, termina por ser una montaña. Así el reino de Dios, viniendo originalmente del cielo, termina en el cielo, siendo establecido en la tierra (Apocalipsis 21:1). hinchió toda la tierra—(Isaías 11:9; Habacuc 2:14). Es en conexión con Jerusalén, como la iglesia madre, que ha de hacerlo (Salmo 80:9; Isaías 2:2).

36. diremosnosotros, Daniel y sus tres amigos.

37. Tú … eres rey de reyes—La concesión de poder, en su plenitud más amplia, pertenece a Nabucodonosor personalmente, como había hecho de Babilonia tan grande imperio. Veintitrés años después de él, terminó el imperio: con él se identifica la grandeza de aquel imperio (cap. 4:30), como sus sucesores no hicieron nada de notable. No que él realmente gobernara todas las partes de la tierra, sino que Dios le concedió dominio ilimitable en toda dirección que le llevaba su ambición: Egipto, Nínive, Arabia, Siria, Tiro y sus colonias fenicias (Jeremias 27:5). Véase en cuanto a Ciro, Esdras 1:2.

38. hombres, bestias … aves—el dominio originalmente propuesto para el hombre (Génesis 1:28; Génesis 2:19), perdido por el pecado; por un tiempo concedido a Nabucodonosor y las potencias mundiales; pero como ellos abusaron del cargo para fines egoístas, y no para Dios, les será quitado por el Hijo del hombre, quien lo ejercerá para Dios, restaurando en su persona al hombre la herencía perdida (Salmo 8:4, etc.) tú eres aquella cabeza de oro—refiriéndose a las riquezas de Babilonia, por esto llamada “la ciudad áurea” (Isaías 14:4; Jeremias 51:7; Apocalipsis 18:16).

39. Que el reino de Media y Persia sea el segundo, aparece por el cap. 5:28; 8:20. Véase 2 Crónicas 36:20; Isaías 21:2. menor—“Los reyes de Persia eran la peor raza de hombres, que jamás gobernaban un imperio”. [Prideaux.] Políticamente, lo que es el principal punto de vista aquí, el poder del gobierno central, en el cual participaban los nobles con el rey, debilitado por la creciente independencia de las provincias, era inferior al de Nabucodonosor, cuya sola palabra era la ley para todo el imperio. metal—bronce. Los griegos (el tercer imperio, cap. 8:21; 10:20; 11:2-4), eran célebres por la armadura bronceada de sus guerreros. Jerónimo caprichosamente piensa que el bronce, siendo metal que resuena claramente, se refiere a la elocuencia por la cual los griegos eran famosos. El “vientre”, en el v. 32, podrá referirse a la embriaguez de Alejandro, y la lujuria de los Ptolomeos. [Tirino.] de toda la tierra—Alejandro ordenaba que se le llamara “rey de toda la tierra” (Justino, 12, sec. 16:9; Arriano, Exp. Alex. 7. sec. 15). Los cuatro sucesores, que dividieron entre sí los dominios de Alejandro a su muerte, de los cuales los seleucidas en Siria y los lágidas en Egipto, eran los principales, dominaban el mismo imperio.

40. hierro—esta visión manifiesta el carácter del poder romano, más bien que su extensión territorial. [Tregelles.] quebranta todas estas cosas—Así, en retribución justa, este reino mismo será quebrantado en pedazos (v. 44), por el reino de Dios (Apocalipsis 13:10).

41-43. los pies … dedos … parte … barro—explicado en seguida, “el reino será en parte fuerte, en parte roto” (más bien, “frágil”, como vasos de barro); y el v. 43, “mezclaránse con simiente humana”, es decir hay poder (en su forma deteriorada, hierro) mezclado con lo que es enteramente humano, y por lo tanto frágil; poder en las manos de gente que no tenga estabilidad interna, aunque algo ha quedado de la fortaleza del hierro. [Tregelles.] Newton, quien entiende que el imperio romano está dividido en diez reinos ya, (mientras que Tregelles hace que sean futuros), explica que la mezcla de “barro” es la unión de las naciones bárbaras con Roma medíante casamientos y alianzas, en que no había una amalgamación estable, aunque los diez reinos, retenían mucho del poder de Roma. La mezcla “con simiente humana” (v. 43), parece referirse a Génesis 6:2, donde los casamientos de la descendencia del fiel Seth, con las hijas del infiel Caín, se describen con palabras similares; la referencia, pues, parece ser la unión del imperio romano cristianizado, (?) con las naciones paganas, siendo el resultado una deterioración. Se han hecho esfuerzos frecuentes, para reunir las partes en no imperio grande, como bajo Carlomagno y Napoleón, pero en vano. Sólo Cristo efectuará esto. (El traductor, se toma la libertad de intercalar un punto de interrogación, después de la frase “imperio romano cristianizado”, pues sabemos que el cristianismo “oficial” de aquel imperio estaba lejos de ser el cristianismo de Cristo y de los apóstoles.)

44. en los días de estos reyes—en los días de estos reinos, de los últimos de los cuatro. Así el cristianismo fué establecido, cuando Roma había llegado a ser dueña de Judea y del mundo (Lucas 2:1, etc.). [Newton.] Más bien, “en los días de estos reyes”, corresponde a “en sus pies” (v. 34), los diez dedos, o diez reyes, el estado final del imperio romano. Porque “estos reyes” no pueden indicar las cuatro monarquías que sucedían al poder, como no coexisten con los poseedores del poder; si se hubiera indicado al cuarto, se habría usado el singular, y no el plural. La caída de la piedra sobre la imagen tiene que querer decir, juicio destructivo sobre el cuarto poder gentil, no la evangelización gradual de él por gracia; y el juicio destructivo no puede ser empleado por los cristianos, porque ellos son enseñados a someterse a los poderes que existen, de modo que tiene que ser empleado por Cristo mismo, en su venida final. Estamos viviendo hoy bajo las divisiones del imperio romano, que empezaron hace 1400 años, y que serán, en el tiempo de la venida de Cristo, exactamente diez. Y todo lo que había fracasado en la mano del hombre, dejara de ser, y lo que está guardado en la mano de él, será introducido. De modo que este segundo capítulo es el abecedario de los anuncios profeticos siguientes en el libro de Daniel. [Tregelles.] el Dios del cielo un reino—de ahí la frase “el reino de los cielos” (Mateo 3:2). no será dejado a otro pueblo—como los caldeos habían sido obligados, a dejar su reino a los medos y persas, y éstos, a los griegos, y éstos, a los romanos (Miqueas 4:7; Lucas 1:32). desmenuzará … todos—(Isaías 60:12; 1 Corintios 15:24).

45. no con manos—(Nota, v. 35). La conexión de “de la manera que”, etc. es “que viste que del monte fué cortada una piedra”, etc., y esto es señal de que “el gran Dios”, etc., es decir, el hecho de que ves el sueño, tal como lo he traído a tu memoria, es prueba de que no es algún fantasma trivial, sino una representación real a ti del porvenir de parte de Dios. Una prueba similar del acontecimiento fué dada a Faraón, en la duplicación de su sueño (Génesis 41:32).

46. Nabucodonosor cayó sobre su rostro, y humillóse a Daniel—adorando a Dios en la persona de Daniel. Símbolo de la futura postración del poder mundial ante el Mesías y su reino (Filipenses 2:10). Como otros siervos de Dios rechazaron tales honores (Hechos 10:25; Hechos 14:13; Apocalipsis 22:8), y como Daniel (cap. 1:8) no quiso gustar la comida contaminada, ni dejar de orar a Dios a expensas de su vida (cap. 6.), parece probable que Daniel haya rechazado los honores divinos presentados por el rey. Lo que el rey sigue diciendo en el v. 47, da a entender, que Daniel se había opuesto a estos honores; y en asentimiento a sus reparos, el rey dijo: “Ciertamente que el Dios vuestro es Dios de dioses”. Daniel ya había rechazado toda idea de mérito personal en el v. 30, dando a Dios toda la gloria (véase v. 45). mandó que le sacrificasen presentes y perfumes—Honores divinos (Esdras 6:10). No se dice que su mandato fuese ejecutado.

47. Señor de los reyes—El poder mundial finalmente tendrá que reconocer esto. (Apocalipsis 17:14; Apocalipsis 19:16); así como Nabucodonosor, quien había sido puesto por Dios como “rey de reyes” (v. 37), pero que había abusado de su cargo, es constrenido por el siervo de Dios, a reconocer que Dios es el verdadero “Señor de los reyes”.

48. Un motivo por el cual a Nabucodonosor le fué concedido tal sueño, se ve aquí, es decir, para que Daniel fuese promovido, y el pueblo cautivo de Dios fuera consolado: el estado de independencia de los cautivos durante el exilio y el alivio de sus penurias, en gran parte se debían a Daniel.

49. Daniel solicitó—Nótese el contraste entre este recuerdo honorable de sus humildes amigos en su elevación, y el espíritu de los hijos del mundo, en el caso del copero de Faraón (Génesis 40:23; Eclesiastés 9:15, Eclesiastés 9:16; Amós 6:6). Daniel estaba a la puerta—el lugar de sesión de las cortes de justicia y de recepciones reales en el oriente (Ester 2:19; Job 29:7). Así, “la sublime puerta” quiere decir el gobierno de los sultanes de Turquía, pues sus consejos se celebraban a la entrada de su palacio. Daniel fué consejero principal del rey, y presidente sobre los gobernadores de diferentes órdenes, en los cuales eran divididos los magos.

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