Abraham a nuestro padre.

Árboles marcados para caer

I. Que la prueba de Dios de toda la vida moral es práctica, no teórica ni circunstancial. Su exigencia es la fecundidad. Los judíos podían jactarse:

1. Su linaje nacional. El verdadero elemento en esto:

(1) una gran influencia moral desciende de un piadoso progenitor, y más o menos impregna nuestra vida y nuestros sentimientos;

(2) las tradiciones de una ascendencia piadosa son preciosas;

(3) se debe dar cierta importancia a las oraciones de un ancestro piadoso. El elemento falso es pensar que Dios fusionará todas las consideraciones de carácter personal. La verdadera concepción de un antepasado piadoso es la obligación.

2. Otro sustituto de la fecundidad en el que se basaban los judíos era la prerrogativa eclesiástica.

3. Otro sustituto en el que se basaron fue la ortodoxia doctrinal.

II. Que Dios nos ponga a prueba con respecto a estas cosas prácticas para ver si las haremos o no. ( H. Allon. )

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