Sabiendo esto, que la ley no está hecha para el justo, sino para los inicuos y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los impíos y profanos, para los asesinos de padres y asesinos de madres, para los homicidas,

Ver. 9. No es hecho para un justo ] Porque Cristo lo libera de la coacción, maldición e irritación de la ley. La ley no recae sobre los justos (así suena el griego), no los insta como a los impíos. Para éstos es como cadenas y grilletes, para los justos como cinturones y ligas, que ciñen sus lomos y aceleran mejor su camino. Lo confina (dice Rev.

Dr. Preston) para vivir en ese elemento donde viviría; como si uno estuviera confinado al Paraíso, donde estaría, aunque no existiera tal ley. El malvado (por el contrario) se limita al lugar donde no estaría ya las acciones que no haría; como Shimei encerrado, salta sobre el pálido en pos del beneficio y el placer, y muere por ello.

Pero para los sin ley, etc. ] Esos monstruos sin amo, que envían mensajes después de Cristo, diciendo: "No queremos que este hombre reine sobre nosotros". Pero, ¿escaparán así por la iniquidad? "Con tu ira derribarás a este pueblo, oh Dios", Salmo 56:7 . Aut faciendum, aut patiendum. O sufre o sufre.

Los que no se doblegan, se quebrarán; los que no serán súbditos de Cristo, estrado de sus pies; agudas son sus flechas en el corazón de los enemigos del rey, por lo cual el pueblo (que no cae delante de él) cae debajo de él, Salmo 45:5 .

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