10-16 En las grandes cosas de la religión, tened una sola mente; y donde no haya unidad de sentimientos, que haya también unión de afectos. El acuerdo en las cosas más importantes debe extinguir las divisiones sobre las más pequeñas. Habrá una unión perfecta en el cielo, y cuanto más nos acerquemos a ella en la tierra, más nos acercaremos a la perfección. Pablo y Apolos fueron fieles ministros de Jesucristo, y ayudantes de su fe y alegría; pero los que estaban dispuestos a ser contenciosos, se dividieron en partidos. Así es posible que las mejores cosas se corrompan, y que el Evangelio y sus instituciones se conviertan en motores de discordia y contención. Satanás siempre se ha esforzado por suscitar luchas entre los cristianos, como una de sus principales artimañas contra el Evangelio. El apóstol dejó que otros ministros bautizaran, mientras él predicaba el evangelio, como una obra más útil.

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