1-6 No hay prueba de ignorancia más común que la presunción de conocimiento. Se puede saber mucho, cuando no se sabe nada con buen fin. Y los que creen saber algo, y se envanecen de ello, son los menos propensos a hacer buen uso de sus conocimientos. Satanás hace tanto daño a algunos tentándolos a enorgullecerse de sus poderes mentales, como a otros, seduciéndolos a la sensualidad. El conocimiento que enaltece al poseedor y lo hace confiado, es tan peligroso como el orgullo farisaico, aunque lo que sepa sea correcto. Sin afectos santos, todo conocimiento humano carece de valor. Los paganos tenían dioses de mayor y menor grado; dioses muchos, y señores muchos; así llamados, pero no tales en verdad. Los cristianos lo saben mejor. Un solo Dios hizo todo y tiene poder sobre todo. El único Dios, el Padre, significa la Divinidad como único objeto de todo culto religioso; y el Señor Jesucristo denota la persona de Emanuel, Dios manifestado en la carne, Uno con el Padre y con nosotros; el Mediador designado y Señor de todo; a través del cual llegamos al Padre, y a través del cual el Padre nos envía todas las bendiciones, por la influencia y la obra del Espíritu Santo. Mientras rechazamos toda adoración a los muchos que se llaman dioses y señores, y a los santos y ángeles, probemos si realmente llegamos a Dios por la fe en Cristo.

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