Cuánto más la sangre de Cristo. - El mérito de todos sus sufrimientos. Quién por el Espíritu eterno - La obra de redención es obra de toda la Trinidad. La Segunda Persona tampoco se preocupa por sí sola, incluso en la asombrosa condescendencia que fue necesaria para completarlo. El Padre entrega el reino al Hijo; y el Espíritu Santo se convierte en el don del Mesías, siendo, por así decirlo, enviado según su beneplácito.

Se ofreció a sí mismo: infinitamente más precioso que cualquier víctima creada, y eso sin mancha para Dios. Purga nuestra conciencia - Nuestra alma más íntima. De obras muertas - De todas las obras internas y externas del diablo, que surgen de la muerte espiritual en el alma y conducen a la muerte eterna. Servir al Dios vivo - En la vida de fe, con amor perfecto y santidad inmaculada.

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