¿Fue entonces el bien hecho para mí la causa del mal? sí, de la muerte, ¿cuál es el mayor de los males? No tan. Pero fue el pecado el que me fue hecho muerte, en cuanto que me causó muerte aun por lo que es bueno, por la buena ley. De modo que el pecado por el mandamiento llegó a ser sumamente pecaminoso, cuya consecuencia fue que el pecado innato, conduciendo así furiosamente a pesar del mandamiento, llegó a ser sumamente pecaminoso; agravada en gran medida su culpa.

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