En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Aquí está. gran afirmación. Él es. fuente de vida de donde fluye la vida como. río. De él fluyó la vida en el principio. El hombre puede construir la estatua, pero no puede respirar para que exista. La Palabra podría crear la forma y dotarla de vida. Y cuando el Verbo se hizo carne, se hizo. "fuente de aguas vivas,". brotando para vida eterna. Porque tenía vida en sí mismo, los muertos oyeron su voz y vivieron, y cuando fue inmolado, la tumba no pudo retenerlo, pero él salió y sacó a la luz la vida y la inmortalidad.

De ahí la expresión sublime: "Yo soy la resurrección y la vida". "La vida era la luz de los hombres". El hombre fue creado a imagen divina. En él había vida más plena que en la creación bruta. Por eso es inteligente, capaz de razonar, de aprender, de progresar. Su vida es luz, en el sentido de que lo ilumina. Entonces, en él puede morar la Palabra, que es la luz verdadera que ilumina al mundo.

Como el sol ahuyenta las tinieblas, así Jesús, la luz de la mente y del alma, ahuyenta el error, la ignorancia y la superstición. La Vida vencerá a la muerte y la Luz llenará de su gloria al mundo redimido.

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