4. En él estaba la vida. Hasta ahora nos ha enseñado que por el Discurso de Dios todas las cosas fueron creadas. Ahora le atribuye, de la misma manera, la preservación de aquellas cosas que habían sido creadas, como si hubiera dicho, que en la creación del mundo no se mostró simplemente un ejercicio repentino de su poder, que pronto falleció. , pero que se manifiesta en el orden constante y regular de la naturaleza, ya que se dice que defiende todas las cosas por la palabra o voluntad de su poder, (Hebreos 1:3). Esta vida puede extenderse a las criaturas inanimadas (que viven a su manera, aunque carecen de sentimientos) o puede explicarse solo en referencia a las criaturas vivientes. Es de poca consecuencia lo que eliges; porque el significado simple es que el Discurso de Dios no solo fue la fuente de vida para todas las criaturas, de modo que aquellas que no fueron comenzaron a serlo, sino que su poder dador de vida hace que permanezcan en su condición; porque si no fuera porque su inspiración continua da vigor al mundo, todo lo que vive decaería de inmediato o quedaría reducido a la nada. En una palabra, lo que Pablo le atribuye a Dios, que en él estamos, nos movemos y vivimos (Hechos 17:28), Juan declara ser cumplido por la graciosa agencia del Discurso; para que sea Dios quien nos dé la vida, pero es por el discurso eterno

La vida era la luz de los hombres. Las otras interpretaciones, que no concuerdan con el significado del Evangelista, las paso por alto intencionalmente. Él habla aquí, en mi opinión, de esa parte de la vida en la que los hombres sobresalen de otros animales; y nos informa que la vida que se le otorgó a los hombres no era de una descripción ordinaria, sino que estaba unida a la luz de la comprensión. Separa al hombre del rango de otras criaturas; porque percibimos más fácilmente el poder de Dios al sentirlo en nosotros que al contemplarlo a distancia. Así, Pablo nos encarga no buscar a Dios a distancia, porque se hace sentir dentro de nosotros, (Hechos 17:27.) Después de haber presentado una exposición general de la bondad de Cristo, para inducir a los hombres para verlo más de cerca, señala lo que se les ha otorgado de manera peculiar; a saber, que no fueron creados como las bestias, sino que, gracias a la razón, habían obtenido un rango más alto. Como no es en vano que Dios imparta su luz en sus mentes, se deduce que el propósito para el cual fueron creados fue que pudieran reconocer a Aquel que es el Autor de tan excelente bendición. Y dado que esta luz, de la cual el Discurso fue la fuente, nos ha sido transmitida de él a nosotros, debería servir como un espejo, en el cual claramente podemos contemplar el poder divino del Discurso.

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