Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio "Aun el menos merecido puede bautizar perfectamente, pero predicar el evangelio perfectamente es una tarea mucho más difícil y requiere calificaciones que son mucho más raras". Agustín.

no con sabiduría de palabras sino discurso , como en 1 Corintios 1:5 . Aquí se entiende tanto la materia del discurso como su expresión, aunque esta última es probablemente la idea predominante. Porque es imposible estudiar la filosofía del período apostólico y postapostólico sin ver cuánto consistió en juegos de palabras.

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