35. ¿No lo dice? Él sigue la declaración anterior; porque, habiendo dicho que nada era más querido para él que terminar la obra del Padre, ahora muestra cuán maduro está para la ejecución; y lo hace en comparación con la cosecha. Cuando el maíz está maduro, la cosecha no puede soportar demora, porque de lo contrario el grano caería al suelo y se perdería; y, de la misma manera, el maíz espiritual ahora está maduro, declara que no debe haber demora, porque la demora es perjudicial. Vemos para qué se emplea la comparación; es para explicar la razón por la cual se apresura a realizar su trabajo. (83) Por esta expresión, ¿no lo dice? pretendía indirectamente señalar cuánto más atentas están las mentes de los hombres a las cosas terrenales que a las celestiales; porque arden con un deseo de cosecha tan intenso que calculan cuidadosamente meses y días, pero es sorprendente lo somnolientos e indolentes que son al recoger el trigo celestial. Y la experiencia diaria demuestra que esta maldad no solo es natural para nosotros, sino que apenas puede ser arrancada de nuestros corazones; porque mientras todos proveen la vida terrenal a un período lejano, ¿cuán indolentes somos al pensar en las cosas celestiales? Así, Cristo dice en otra ocasión: Hipócritas, ustedes disciernen por la cara del cielo qué clase de día será mañana, pero no reconocen el momento de mi visita, (Mateo 16:3.)

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