No decís vosotros , &c. De la metáfora del alimento pasa a la cosecha alegórica, de la que proceden el alimento y el pan.

¿No dices tú? Es decir, sueles decirlo a menudo. De esto parecería que los Apóstoles, al pasar por los campos de maíz de los siquemitas, hablaron entre ellos acerca de la próxima cosecha, como suelen hacer los hombres. De ahí que Cristo aprovechó la ocasión para hablar de la mies espiritual, es decir , de la conversión de los samaritanos. Como si hubiera dicho: "El cuidado de la cosecha natural os interesa, pero el cuidado de la cosecha espiritual os debe preocupar mucho más, para que me ayudéis a convertir a los samaritanos".

Todavía cuatro meses. Maldonatus piensa que esto era un proverbio, lo que significa que había tiempo suficiente para pensar en cualquier asunto como la cosecha natural, por ejemplo: pero que no podía usarse para la cosecha espiritual; porque ciertamente eso ya estaba maduro para ser cosechado por Cristo y los Apóstoles. Porque Maldonato cree que esto fue dicho por Cristo a fines de marzo, cuando la cosecha no está lejos.

S. Agustín y otros toman las palabras tal como están, literalmente. Por tanto, debe verse que estas palabras fueron pronunciadas por Cristo en el mes de enero, después de los ocho meses que había predicado en Judea. Porque en cuatro meses, desde enero hasta mayo, la mies está madura y llega la siega. Por lo cual en Pentecostés, que cayó en mayo, ofrecieron a Dios los panes de las primicias de la nueva cosecha.

"Vosotros", dice S. Agustín, "estáis contando cuatro meses para la cosecha. Os muestro otra cosecha, blanca y preparada ya". Por eso dice: Alzad vuestros ojos, y mirad los campos que ya están blancos para la siega. A los campos blancos Él los llama la ciudad de Sichem, y los lugares alrededor, que, agitados por la mujer, atraen a los oyentes a Cristo. Como si Él hubiera dicho: Vosotros veis estos campos llenos no de trigo, sino de una multitud de personas que acuden a Mí, que están preparadas para recibir Mi doctrina y para ser admitidas en Mi Iglesia.

Trabajad entonces arduamente Conmigo, oh Mis Apóstoles, para recoger la cosecha. La cosecha de trigo puede estar todavía a cuatro meses de distancia: pero la cosecha de almas está cerca, sí lista, entre estos samaritanos. Es apropiado entonces que tú y yo los cosechemos, y los juntemos en el granero de Dios.” Teofilacto dice, “Levanten sus ojos tanto corporales como espirituales, y vean la multitud de los samaritanos. Mira sus mentes deseosas de creer, las cuales, como campos que están maduros para la salvación, tienen necesidad de segadores".

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