Porque ya están blancos para cosechar. Se acercaba la gran cosecha de almas, cuando Cristo vino a enseñar a los hombres el camino de la salvación, y enviaría a sus apóstoles para convertir a todas las naciones. Sucedieron a las labores de los profetas, pero con ventajas y éxitos mucho mayores. Y a esto se aplica el dicho común, que uno siembra y otro cosecha. (Witham)

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