(5) ¿No decís vosotros: Aún quedan cuatro meses para que llegue la siega? he aquí, os digo: alzad vuestros ojos y mirad los campos; porque ya están blancos para cosechar.

(5) Cuando el maíz espiritual esté maduro, no debemos demorarnos, porque así nos condenarían los hijos de este mundo.

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