CAPÍTULO 3

SINOPSIS DEL CAPITULO

S. Pablo procede a probar por cinco razones que no somos justificados por la ley, ni por las obras de la ley, sino por Cristo.

i. La primera prueba se extrae (v. 2) de la experiencia. Los gálatas habían recibido el Espíritu Santo y sus dones, no en la circuncisión, sino en el bautismo.

ii. La segunda (v. 6) del ejemplo de Abraham, que fue justificado porque creyó en Dios, es decir , por la fe.

iii. El tercero se basa en el hecho (v. 10) de que los que están bajo la ley están bajo la amenaza de maldición para todos los que la transgreden. Pero Cristo, hecho maldición por nosotros, nos ha librado de la maldición de la ley.

IV. El cuarto está extraído (ver. 11) de Habacuc ii. 4: "El justo vive por la fe".

v. El quinto insiste (v. 16) que fue a Abraham ya su descendencia a quienes se prometió la bendición de la justicia. Luego, es por la promesa, aprehendida por la fe, que somos justificados, y no por la ley. Porque la ley, como se dice en el ver. 24, fue dado sólo como maestro de escuela para conducirnos a Cristo, para que por Él podamos ser justificados, para que podamos revestirnos de Él y llegar a ser todos uno con Él.

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