Ahora está turbada Mi alma. Debido a que había mencionado Su muerte cercana, permitió que el temor natural de ella se despertara en Su mente (como es el caso con nosotros), y así se turbó. "Padre", dijo, "sálvame de esta hora". Así como en el jardín oró: "Pase de mí esta copa".

(1.) S. Crisóstomo da la razón: "Habiendo exhortado a sus discípulos a seguirlo hasta la muerte, por temor a que dijeran que fácilmente podía filosofar sobre la muerte, mostró que estaba en una agonía, y sin embargo, no lo hizo". no negarse a morir, que nos enseñe a hacer lo mismo, cuando tememos la muerte y la abnegación.

(2.) S. Cyril dice, Él lo hizo para mostrar que Él no sólo era Dios, sino verdadero hombre, sujeto a todas nuestras pasiones y dolores.

(3.) S. Agustín, y después de él Bede, "para que Cristo, tomando sobre sí nuestras enfermedades, nos sane y fortalezca. Tú le dices a mi alma que te siga. Pero veo que tu alma está turbada. ¿Qué fundamento debo buscar? , si la Roca cede? Pero yo reconozco tu compasión en ella, pues al estar así turbado por tu acto voluntario de amor, Tú consuelas a los débiles, para que no perezcan en la desesperación.

Nuestra Cabeza tomó sobre Sí los sentimientos de Sus miembros.” Y de nuevo, “Así como Él nos ha elevado a las cosas más altas, así siente simpatía por nosotros en los que son más bajos.” Y él trae a Cristo como hablando así. "Has oído mi poderosa voz dirigida a ti. Has oído en mí la voz de tu propia debilidad: te doy fuerza para que puedas correr; No controlo tu velocidad, sino que tomo sobre Mí tu miedo, y hago un camino para que pases".

¿Y qué diré? Padre, sálvame de esta hora. Teofilacto y Leoncio explican así: "No sé qué hacer o decir. ¿Diré entonces, Padre, sálvame de esta hora? ¿Me asustaré ante la muerte? De ninguna manera, dominaré mi agonía, iré de buena gana a encuentro con mi muerte".

Otros lo expresan más simple y llanamente, como expresando Su temor natural a la muerte, corregido de inmediato por el ejercicio de Su voluntad superior. Como en la Agonía en el huerto. Porque Él inmediatamente añade,

Sin embargo, por esta causa he venido a esta hora. Aunque naturalmente temo a la muerte, no deseo que este deseo natural Mío se cumpla. Porque vine al mundo con el propósito mismo de beber esta copa de la Pasión. Así S. Agustín, Beda, Ruperto y otros.

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