Ahora está turbada mi alma; y que diré Padre, sálvame de esta hora; mas para esto vine a esta hora.

Ver. 27. Ahora está turbada mi alma ] Christi perturbatio nos tranquillat, et infirmitas firmat, dice Agustín.

Padre, sálvame de esta hora ] Como hombre, naturalmente temía y despreciaba la muerte; una muerte tan espantosa, especialmente la que iba a sufrir. Δι αγνωστων σου παθηματων, dice la letanía griega; Por tus sufrimientos desconocidos, líbranos, buen Señor. Sin embargo, esto fue con su sensible voluntad; porque su voluntad racional era siempre la misma que la de su Padre.

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