Y desde entonces Pilato trató de soltarlo. Había tratado de hacerlo antes. Pero ahora lo hizo más especialmente, después de haber oído que era el Hijo de Dios; temiendo incurrir en la venganza de Dios al condenarlo. El temor de César, sin embargo, prevaleció sobre el temor de Dios. Los gentiles consideraban a muchos hijos de los dioses, a quienes adoraban como semidioses. Véase S. Cirilo en loc.

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Antiguo Testamento