Y de ahí en adelante ... Un lector distraído quizás pueda entender estas palabras, como si este fuera el primer intento de Pilato de liberar a Jesús; sin embargo, no se pueden interpretar con justicia, como nos dice expresamente el mismo San Juan, que Pilato una vez se esforzó en liberarlo: cap. Juan 18:39 . A lo que corresponde la respuesta de los sacerdotes: Si dejas ir a este hombre, etc. Descubriendo, por lo que les dijo el gobernador, que estaba decidido a soltar a Jesús, le dijeron, con aire altivo y amenazador, que si soltaba a su prisionero, que se había puesto por rey, no era fiel a la emperador; por lo que insinuaron que lo acusarían ante su amo, si no cumplía con su deber.

Este argumento fue de peso y sacudió la resolución de Pilato hasta los cimientos; le asustaba la sola idea de ser acusado ante Tiberio, quien, en asuntos de gobierno, como atestiguan Tácito y Suetonio, era propenso a sospechar lo peor y siempre castigaba con la muerte los delitos menores que se le relacionaban. Por tanto, encontramos que, cuando los judíos le dijeron a Pilato que no podía ser amigo de César si dejaba ir a Jesús, no les preguntó más si tomarían a Barrabás y perdonarían a Jesús; pero, aunque contra los dictados de su conciencia, lo entrega a la muerte para asegurar su propia seguridad.

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