Juzguenlo ... - Los judíos no le informaron directamente que lo habían juzgado y lo declararon digno de muerte. Pilato, por lo tanto, les dice que investiguen la facilidad; para determinar la prueba de su culpa, y decidir sobre lo que pronunció la ley de Moisés. Se ha dudado si esto les dio el poder de matarlo, o si no era más bien una dirección para investigar el caso e infligirle, si lo juzgaban culpable, el leve castigo que aún eran en libertad de infligir a criminales. Probablemente lo primero sea lo que se pretende. Como mintieron, ya determinaron que, en su opinión, este caso exigía el castigo de la muerte, por lo que en su respuesta a Pilato implicaron que habían pronunciado sobre él y que debía morir. Todavía, por lo tanto, presionaron su atención y se negaron a obedecer su mandato de juzgarlo.

No es legal ... - Los judíos estaban acostumbrados a dar muerte a personas aún en un tumulto popular Hechos 7:59-6, pero tenían no el poder de hacerlo en ningún caso de una manera regular de justicia. Cuando establecieron por primera vez el plan de arrestar al Salvador, lo hicieron para matarlo Mateo 26:4; pero si tenían la intención de hacer esto en secreto, o en un tumulto, o por el acuerdo del gobernador romano, es incierto. Los propios judíos dicen que el poder de infligir la pena capital fue quitado unos 40 años antes de la destrucción del templo; pero aun así es probable que en el tiempo de Cristo tuvieran el poder de determinar sobre casos capitales en casos relacionados con la religión (Josefo, Antiq., b. 14: Juan 1 , Sección 2; compare Jewish Wars, b. 6 capítulo 2, Sección 4). En este caso, sin embargo, se supone que su sentencia debía ser confirmada por el gobernador romano. Pero se admite en todas las manos que no tenían este poder en el caso de sediciones, tumultos o traición contra el gobierno romano. Si tenían este poder en el caso de la blasfemia y la irreligión, no se atrevían a ejercerlo aquí, porque temían el tumulto entre la gente Mateo 26:5; por lo tanto, buscaron traer la autoridad de Pilato. Para hacer esto, se esforzaron por hacer parecer que se trataba de un caso de sedición y traición, y que por lo tanto exigía la interferencia del gobernador romano. Por lo tanto, fue bajo este cargo que lo procesaron, Lucas 23:2. Por lo tanto, se podría evitar un tumulto y el odio de matarlo que esperaban caería, no sobre sí mismos, ¡sino sobre Pilato!

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