Me deleito en la ley de Dios ; amarla y desear perfectamente obedecerla.

Según el hombre interior ; interiormente, desde el corazón. No sólo lo apruebo en mi conciencia y juicio, sino que por la gracia de Dios, lo amo como la transcripción de la perfección infinita. Salmo 1:2 ; Salmo 119:24 ; Salmo 119:77 ; Salmo 119:174 .

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Antiguo Testamento