Vengamos, pues, valientemente, sin duda ni temor, confiando en su sacrificio e intercesión por la aceptación; al trono de la gracia El trono de nuestro Padre reconciliado, que la gracia erigió, y donde reina y dispensa todas las bendiciones en una forma de favor inmerecido; para que obtengamos misericordia Para perdonar todos nuestros pecados pasados, y compadezcamos nuestra condición, en medio de nuestras diversas enfermedades y sufrimientos; y encontrar la gracia para ayudar en momentos de necesidad O, para una ayuda oportuna; según nuestras respectivas necesidades, como implica εις ευκαιρον βοηθειαν. La última palabra significa propiamente ayuda obtenida como consecuencia de llorar en voz alta., o un fuerte llanto por ello. Observe, lector, aunque cada vez puede denominarse correctamente un tiempo de necesidad., en el que queremos provisiones de gracia, sin embargo, algunos tiempos son peculiarmente tales: como temporadas de aflicción, persecución y tentación; o momentos en que Dios, para castigarnos por nuestra tibieza y pereza, nuestra hipocresía y formalidad, u orgullo, obstinación, descontento o impaciencia; nuestra negligencia en la oración y la vigilancia, nuestra frivolidad y locura, o cualquier otra falta o falta, retira su presencia de nosotros: o cuando somos llamados a la realización de cualquier deber importante y destacado, como sucedió con Abraham cuando fue llamado por primera vez. dejar su país y luego sacrificar a su hijo: o por algo nuevo y en lo que todavía no tenemos experiencia; un deber contra el cual existe una gran oposición, o para el cual podemos parecer muy incapaces, o en el que la gloria de Dios está de manera especial relacionada.

Y, sobre todo, el momento de la muerte será uno de esos momentos. Separarse de todas las cosas presentes y de las esperanzas presentes, entregar el alma que se va, entrar en el mundo invisible, una eternidad inmutable, en manos de nuestro Señor soberano, son deberes que requieren una fuerza más allá de la nuestra, para su correcta y cómoda ejecución. Y en tales temporadas, cuando tengamos una necesidad peculiar de hacer una solicitud al trono de la gracia, aquí mencionado, con el propósito de obtener ayuda oportuna; así que, si aplicamos con fe, y con deseo sincero y ferviente y perseverante diligencia, no aplicaremos en vano.

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