Cuando se cumplieron los días de su purificación “Aparece, de Levítico 12:1, que durante los primeros siete días, toda mujer que había tenido un hijo era considerada impura en tal grado, que quien la tocaba o conversaba con ella quedaba contaminada. Durante treinta y tres días más, estuvo todavía, aunque en un grado inferior, impura, porque no podía participar todo ese tiempo en las solemnidades del culto público. Al concluir este período, se le ordenó que trajera ciertos sacrificios al templo, mediante la ofrenda de la cual se enjugaba la mancha que la ley le había impuesto, y recuperaba toda la pureza y limpieza que tenía antes. Esta era la ley de la purificación después de tener un hijo. Pero para una hija, el tiempo de separación fue el doble; el primer término es de catorce días y el segundo de sesenta y seis; en los ochenta días antes de que pudiera acercarse al santuario. Ahora que Jesús fue circuncidado,

Era evidente, de hecho, que era madre, pero su concepción milagrosa no se conocía en general ". Lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor.Debido a que la ley exigía que fuera presentado en el templo al cabo de cuarenta días desde su nacimiento, y que se hicieran las ofrendas habituales, a sus padres les resultaría más conveniente subir con él desde Belén, donde nació. , a una distancia de sólo seis millas, que, después de la recuperación de María, para llevarlo primero a Nazaret, que era un gran camino desde Jerusalén. Por lo tanto, podemos suponer razonablemente que se quedaron en Belén todos los días de su purificación, y que de Belén fueron directamente a Jerusalén. Aquí, entrando en el templo, se ofrecían los sacrificios prescritos para la purificación de la mujer, después del parto, por María, quien, según la costumbre, esperaba en el atrio exterior hasta que se realizaba el servicio con respecto a ella. Como está escrito: Todo varón que abre útero, &C.

Vea esto explicado en la nota sobre Éxodo 12:2 . Y para ofrecer un sacrificio, un par de tórtolas , etc. Esta era la ofrenda que se requería de los pobres, Levítico 12:6 ; Levítico 12:8. A los que se encontraban en mejores circunstancias se les ordenó traer un cordero de primer año para holocausto y una tórtola o un pichón como ofrenda por el pecado. Es evidente, por la ofrenda que hicieron, que aunque José y María eran de la simiente real, se encontraban en circunstancias muy mezquinas. El evangelista menciona la presentación del niño al Señor antes de la ofrenda del sacrificio para la purificación de la madre; pero de hecho esto precedió a la presentación, porque, hasta que se realizó, la madre no pudo entrar al templo; en consecuencia, el mismo Lucas presenta a ambos padres como presentando a Jesús.

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