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O, ofrenda por el pecado. En hebreo, la misma palabra se usa para "pecado" y "ofrenda por el pecado", enfatizando así de manera notable la identificación completa del pecado del creyente con su ofrenda por el pecado (cf) (Juan 3:14); (2 Corintios 5:21).

Aquí se juntan ambos significados. "El pecado yace a la puerta", pero también "la ofrenda por el pecado está a la puerta de la tienda". Es "donde abundó el pecado" donde "sobreabundó la gracia" (Romanos 5:20).

La ofrenda de Abel implica una instrucción previa (cf) (Génesis 3:21) porque fue "por fe" (Hebreos 11:4) y la fe es tomar a Dios en Su palabra; de modo que la ofrenda incruenta de Caín fue un rechazo del camino divino. Pero Jehová hizo un último llamamiento a Caín (Génesis 4:7) aún para traer la ofrenda requerida.

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