Sino que les escribamos que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, de la fornicación, de lo estrangulado y de la sangre.

Pero que les escribamos, que se abstengan de contaminaciones , de todo lo que contaminaba en sí mismo o en la estimación de sus hermanos judíos. Ahora se especifican cuatro cosas de este tipo: Primero,

De los ídolos , es decir, cosas contaminadas como si hubieran sido ofrecidas en sacrificio a los ídolos. Los paganos estaban acostumbrados a regalar o vender porciones de tales animales. Santiago aconsejaría a los gentiles conversos que se abstuvieran de tales alimentos, para que a los judíos no les pareciera que no estaban completamente destetados de la idolatría. (Ver; 1 Corintios 8:10 .) Luego, "y de fornicación".

Y de la fornicación. Puede parecer extraño que una cosa en sí pecaminosa se mezcle aquí con cosas indiferentes, y sólo para ser evitada como ofensiva para los judíos. Tan extraño les ha parecido a algunos críticos, que han tratado de darle otro sentido a la palabra y otro giro a la sugerencia al respecto. Pero el único sentido satisfactorio de la palabra aquí es su sentido natural y propio.

Recuérdese que éste era el pecado característico del paganismo, y practicado descaradamente por todos los rangos y clases. Si los gentiles conversos, por lo tanto, dieran paso a este pecado, del cual bien podría pensarse que estaban en peligro, los proclamaría a los judíos, cuyas Escrituras lo tildaban de abominación pagana, aún unidos a sus viejos ídolos. En tercer lugar, "y de cosas estranguladas".

Y de cosas estranguladas , es decir, de toda carne que aún tiene sangre en ella. Por último, la sangre misma:

Y de la sangre , en cualquier forma, por haber sido perentoriamente prohibida a los judíos, y el consumo de la cual, por lo tanto, por parte de los gentiles convertidos, no podía sino escandalizar sus prejuicios (ver las notas en Hechos 15:28 ).

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