1 Corintios 1:1-31

1 Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes;

2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, con todos los que en todo lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:

3 Gracia a ustedes y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

4 Gracias doy a mi Dios siempre en cuanto a ustedes por la gracia de Dios que les fue concedida en Cristo Jesús;

5 porque en todo han sido enriquecidos en él, en toda palabra y en todo conocimiento.

6 Así el testimonio de Cristo ha sido confirmado entre ustedes

7 hasta no faltarles ningún don, mientras esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.

8 Además, él los confirmará hasta el fin, para que sean irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.

9 Fiel es Dios, por medio de quien fueron llamados a la comunión de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

10 Los exhorto, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que se pongan de acuerdo y que no haya más disensiones entre ustedes, sino que estén completamente unidos en la misma mente y en el mismo parecer.

11 Porque se me ha informado de ustedes, hermanos míos, por los de Cloé, que entre ustedes hay contiendas.

12 Me refiero a que uno de ustedes está diciendo: “Yo soy de Pablo”, otro “yo de Apolos”, otro “yo de Pedro” y otro “yo de Cristo”.

13 ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso fue crucificado Pablo por ustedes? ¿O han sido bautizados en el nombre de Pablo?

14 Doy gracias a Dios que no bauticé a ninguno de ustedes, sino a Crispo y a Gayo,

15 para que nadie diga que ha sido bautizado en mi nombre

16 (pero también bauticé a los de la casa de Estéfanas; en cuanto a los demás, no sé si bauticé a algún otro).

17 Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no sea hecha vana la cruz de Cristo.

18 Porque para los que se pierden, el mensaje de la cruz es locura; pero para nosotros que somos salvos, es poder de Dios.

19 Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos.

20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el disputador de esta edad presente? ¿No es cierto que Dios ha transformado en locura la sabiduría de este mundo?

21 Puesto que en la sabiduría de Dios, el mundo no ha conocido a Dios mediante la sabiduría, a Dios le pareció bien salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;

23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: para los judíos tropezadero y para los gentiles locura.

24 Pero para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.

25 Porque lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

26 Pues consideren, hermanos, su llamamiento: No son muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles.

27 Más bien, Dios ha elegido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo Dios ha elegido para avergonzar a lo fuerte.

28 Dios ha elegido lo vil del mundo y lo menospreciado; lo que no es, para deshacer lo que es,

29 a fin de que nadie se jacte delante de Dios.

30 Por él están ustedes en Cristo Jesús, a quien Dios hizo para nosotros sabiduría, justificación, santificación y redención;

31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

CAPITULO 1

EL ENCABEZAMIENTO; HACIMIENTO DE GRACIAS POR EL ESTADO ESPIRITUAL DE LA IGLESIA DE CORINTO; CENSURA EN CONTRA DE LAS DIVISIONES POR PARTIDOS; SU PROPIO METODO DE PREDICAR SOLO A CRISTO.

1. Pablo, llamado a ser apóstol.—El vocablo “llamado” se halla en algunos, no en todos los manuscritos más antiguos. Posiblemente fué insertado de Romanos 1:1; pero puede muy bien ser genuino. Se traduce lit: “un apóstol llamado.” [Conybeare y Howson.] por la voluntad de Dios—No a causa de su propio merecimiento. Así pues, el llamamiento de Pablo como “apóstol por la voluntad de Dios,” aunque constituye la base de su autoridad al escribir a la iglesia de Corinto (comp. Gálatas 1:1), es motivo de humildad de su propia parte (cap. 15:8, 10). [Bengel]. Al asumir el oficio ministerial uno debiera estar seguro de que no lo hace de su propio impulso, sino por la voluntad de Dios (Jeremias 23:21); Pablo, de su propia voluntad, nunca hubiera sido apóstol (Romanos 9:16). y Sóstenes—Véase la Introducción. Pablo lo asocia consigo en el encabezamiento ya sea por modestia, ya que Sóstenes era su inferior [Crisóstomo], o a fin de que el nombre de un “hermano” de renombre de Corinto (Hechos 18:17) diese más valor a su epístola y para demostrar, en oposición a sus detractores, que él gozaba el apoyo de hermanos de renombre. Galión había arrojado del tribunal a los judíos que acusaron a Pablo. La turba griega, que odiaba a los judíos, aprovechó la oportunidad para herir a Sóstenes, el prepósito de la sinagoga, mientras Galión contemplaba sin intervenir, complacido para sus adentros de que la turba así secundara el odio que él tenia a los judíos. Pablo probablemente en esta ocasión demostró simpatia hacia un adversario en aflicción, lo que resultó en la conversión del mismo. Así también Crispo, el arquisinagogo anterior, se había convertido. Saulo, el perseguidor convertido en Pablo el apóstol, y Sóstenes, el que antes había sido jefe de la persecución contra aquel apóstol, fueron dos trofeos de la gracia divina que, lado a lado, apelarian con doble autoridad a la iglesia de Corinto. [Birks].

2. A la iglesia de Dios—Pablo la llama así, no obstante sus muchas manchas. Fanáticos y sectarios vanamente piensan anticipar la separación final del trigo y la cizaña (Mateo 13:27). “Es una tentación peligrosa pensar que no existe iglesia donde no haya perfecta pureza. El que así piensa, debe separarse de todo cristiano y considerar que es el único hombre santo del mundo, o establecer una secta particular con unos pocos hipócritas. Para que Pablo reconociera a los corintios como iglesia, era suficiente el ver entre ellos practicada la doctrina evangélica, el bautismo, y la Cena del Señor.” [Calvino]. Era la iglesia de Dios, no de éste ni de aquel jefe favorito. [Crisóstomo]. en Corinto—una iglesia en la disoluta Corinto—¡Qué paradoja tocante a la gracia! santificadosconsagrados, o apartados como santos a Dios en (por la unión con) Cristo Jesús. llamados santos—Es decir, santos de vocación. Este término era usado por Pablo al referirse a todos los miembros profesos de la iglesia. Por cuanto “santificados en Cristo”, infiere la fuente de la santidad, que es la santificación original del creyente en Cristo (cap. 6:11; Hebreos 10:10, Hebreos 10:14; 1 Pedro 1:2) en los propósitos de la gracia de Dios, “llamados santos” se refiere a su llamamiento efectivo (Romanos 8:30), y la finalidad de esa vocación, de que fuesen santos (1 Pedro 1:15). y a todos los que invocan el nombre de … Jesucristo—La epístola fué dirigida tanto para éstos como para los corintios. Esta es la verdadera iglesia católica (término empleado primero por Ignacio, ad Smyrnaeos, c. 8); la que no se compone de los que se llaman de Pablo, ni de Cefas, ni de ningún otro eminente adalid (v. 12), sino de todos aquellos que, estén donde estuvieren, invocan a Jesús por Señor suyo en sinceridad (véase 2 Timoteo 2:22). Además se sugiere una unidad general de disciplina y de doctrina en las varias iglesias en el cap. 4:17; 7:17; 11:16; 14:33, 36. El culto que se debe rendir a Dios aquí se atribuye a Jesús (comp. Joel 2:32; Mateo 4:10; Hechos 9:14). de ellos y nuestro—Es decir, “en todo lugar que sea el domicilio suyo y el nuestro también.” Estas palabras se añaden para incluir a los cristianos por toda la Acaya, que no residían en Corinto la capital (2 Corintios 1:1). Pablo considera como suyo el hogar de sus convertidos. Compárese una frase similar, Romanos 16:13. [Conybeare y Howson]. “Nuestro” se refiere a Pablo y a Sóstenes, y al hogar de los corintios. [Alford]. Beza explica mejor: “tanto el Señor suyo como el nuestro.” Todos los creyentes tienen uno y el mismo Señor (cap. 8:6; Efesios 4:5); una censura virtual de las divisiones entre los corintios, como si Cristo estuviese dividido (v. 13).

3. paz—que hacía muchísima falta en aquella iglesia, a causa de las disensiones. Sobre este versículo véase Romanos 1:7.

4. Expresa al principio los motivos de alabanza y de esperanza, a fin de no desanimarlos con la reprensión que sigue, y para poder apelar a los buenos sentimientos de ellos. Gracias doy a mi Dios—(Romanos 1:8; Filipenses 1:3.) siempre—(comp. Filipenses 1:4). por la gracia … que os es dada (comp. v. 7.) en Cristo Jesús—a vosotros como miembros en Cristo.

5. en toda lenguagriego, “logos”. Alford con Menoquio traduce: “doctrina.” Sois enriquecidos por los predicadores o por la predicación de la palabra, y en toda ciencia—en el conocimiento o comprensión de ella: lit: (la) palabra (predicada). El apóstol, pensando extenderse luego y reprenderlos por el abuso de aquellos dones de los cuales más se jactaban los corintios, es decir, el habla (lenguaje) y el conocimiento (comp. cap. 1:20; 3:18; 4:19; caps. 13 y 14), primero se granjea la buena voluntad de ellos felicitándolos por poseer estos dones (Véase 2 Corintios 8:7).

6. Así como el testimonio de [o acerca de] Cristo (quien es tanto el objeto como el autor de este testimonio [Bengel]; cap. 2:1; 1 Timoteo 2:6; 2 Timoteo 1:8) ha sido confirmado en (entre Alford) vosotros—Esto es, por Dios, por medio de mi predicación, y de los milagros que la acompañaban (cap. 12:3; Marco 16:20; 2 Corintios 1:21; Gálatas 3:2, Gálatas 3:5; Efesios 4:7; Hebreos 2:4). Dios confirmó (comp. Filipenses 1:7; Hebreos 2:3), o hizo efectivo el evangelio entre (o mejor, como la versión inglesa: “en”) los corintios al haberlo aceptado y puesto su sello a la verdad del mismo, por el poder interno del Espíritu de Dios, y por los dones y milagros externos que lo acompañaron. [Calvino].

7. nada os falte—no sois inferiores a los demás cristianos de cualquier lugar. [Grocio]. en ningún don—No que todos tuviesen todos los dones, sino que había entre ellos personas con diferentes dones (cap. 12:4, etc.) esperando la manifestación de … Jesucristo—Esta era la prueba culminante de que “no carecían de don alguno”. La fe, la esperanza y el amor, o todos los dones practicaban, aguardándolo (2 Timoteo 4:8; Tito 2:13). “Dejando para otros el MEMENTO MORI (acuérdate de la muerte), alienta tú esta gozosa expectación de la venida del Señor.” [Bengel.] El verbo griego expresa la idea de “aguardar constantemente, no por un tiempo determinado, sino hasta el fin, hasta que acontezca el evento esperado”. (Romanos 8:19). [Titm., Sinónimos.]

8. El cual—Dios, v. 4 (no Jesucristo, v. 7: en tal caso sería “en su día”). os con firmará hasta el fin—A saber, hasta “la venida del Señor Jesucristo.” sin falta en el día de … Jesucristo—(1 Tesalonicenses 5:23.) Después de aquel día no habrá peligro (Efesios 4:30; Filipenses 1:6). Ahora es nuestro día para trabajar. y el día del enemigo para probarnos: entonces será el día de Cristo, y de su gloria en los santos. [Bengel].

9. Fiel es Dios—a sus promesas (Filipenses 1:6; 1 Tesalonicenses 5:24). por el cual sois llamados—conforme al propósito de Dios (Romanos 8:28). a la participación de su Hijo—Para ser coherederos con Cristo (Romanos 8:17). como él, hijos de Dios y herederos de la gloria (Romanos 8:30; 2 Tesalonicenses 2:14; 1 Pedro 5:10; 1 Juan 1:3, Joel 1:3). Crisóstomo observa que el nombre de Cristo se menciona más a menudo en esta epístola que en ninguna otra, pensando el apóstol así substraerlos de la admiración partidista que sentían por sus enseñadores particulares a fin de que fijaran su vista sólo en Cristo.

10. Os ruego pues—Ya tenéis el conocimiento, el don de la palabra, y la esperanza; mantened también el amor. hermanos—El mismo título es un argumento en pro del amor. por … Jesucristo—Es el deseo de Pablo que Cristo sea el todo en todas las cosas para los corintios, y por tanto lo nombra tantas veces en este capítulo. que habléis todos una misma cosa—que no habléis cosas diversas como lo hacéis (v. 12) en el espíritu de discordia. que no haya … disensiones—cismas, lit., hendiduras, brechas. antes seáis perfectamente unidos—Lo opuesto a “disensiones.” El vocablo que aquí se usa tiene referencia a la herida que sana, o el hecho de remendar una rotura. en una misma mente … parecer—Es decir, en el criterio de los entendidos, y en la decisión práctica que se adopta [Conybeare y Howson], en cuanto a lo que se debe hacer. La mente tiene relación con lo que se debe creer interiormente; el parecer, juicio o criterio, se demuestra exteriormente en las cosas que se llevan a la práctica. [Bengel.] Alford opina que se trata de la disposición y la opinión.

11. (cap. 11:18.) me ha sido declarado … por los … de Cloé—Quienes parecían gozar de la intimidad de Pablo así como la de los corintios. Estos “escribieron al apóstol (cap. 7:1) preguntándole acerca de ciertos asuntos: el matrimonio, las comidas ofrecidas a ídolos; del decoro que debían observar las mujeres en el culto. Pero nada habían dicho de las enormidades y los desórdenes que se habían infiltrado entre ellos. Esa noticia llegó a Pablo por otros medios. Por tanto, su lenguaje tocante a estos males es: “Porque me ha sido declarado …” “Se oye decir” comúnmente (cap. 5:1, 2). Todo esto dice Pablo antes de referirse a la carta de ellos, lo que da a entender que no se informó de aquellos males por medio de dicha carta, lo cual es una prueba impensada de su genuinidad. [Paley, Horae Paulinae.] Nótese su prudencia: nombra a la familia, para que se supiese que no hacía su alegación sin autoridad: no nombra los individuos, por no excitar el odio en contra de ellos, sino insinúa tácticamente que la información debía haber llegado a él directamente de parte de los presbíteros, así como le habían consultado sobre asuntos de menor importancia. que hay entre vosotros contiendas—palabra no tan severa como “disensiones,” lit., cismas (v. 10).

12. Quiero decir—por la palabra “contiendas” (v. 11). que cada uno de vosotros dice—individualmente, “gloriándose en los hombres” (v. 31; cap. 3:21, 22): “Yo soy de Pablo”; Yo soy de Apolos,” etc. No que formasen partidos determinados, sino que individualmente demostraban el espíritu de partido en las contenciones bajo el nombre de maestros favoritos. Pablo rehusaba ser adulado por aquellos que usaban su nombre en los partidos, no haciéndose así cómplice en la deshonra hecha a Cristo Estos probablemente eran de los convertidos bajo su ministerio. Los que favorecían el nombre de Apolos, sucesor de Pablo en Corinto (Hechos 18:24, etc.). eran los atraídos por su estilo retórico (probablemente adquirido en Alejandría, cap. 3:6), en contraste con la “presencia corporal flaca, y la palabra menospreciable” (2 Corintios 10:10) del apóstol. Apolos, sin duda, no alentó voluntariamente este espíritu de indebida preferencia (cap. 4:6, 8); antes, para impedirlo, se negó a repetir su visita allá en aquel entonces (cap. 16:12). y yo de Cefas—Probablemente judaizantes, que se cobijaban bajo el nombre de Pedro, el apóstol de la circuncisión (Cefas es el nombre hebreo, Pedro, el griego; Juan 1:42; Gálatas 2:11, etc.): los asuntos tratados en los caps. 7-9 fueron sugeridos acaso por ellos como asuntos dudosos. La iglesia allí tuvo su origen en la sinagoga judía, siendo de los convertidos Crispo el arquisinagogo, y Sóstenes (probablemente) su sucesor. De allí pues que se perciba alguna levadura judaica, pero no tanta como en otras partes (2 Corintios 11:22). El petrismo se originó más tarde y con más vigor, en Roma. Si no era correcto el jactarse diciendo: “Yo soy de Pedro,” cuánto más incorrecto sería decir “Yo soy del Papa”. [Bengel.] y yo de Cristo—Un pretexto pasable, para menospreciar el ministerio de Pablo y de sus demás enseñadores (cap. 4:8; 2 Corintios 10:7).

13. ¿Está dividido Cristo?—En varias secciones (bajo diferentes jefes). [Alford.] La unidad de su cuerpo no ha de ser cortada en pedazos, como si el todo no fuese de una sola Cabeza. ¿Fué crucificado Pablo por vosotros?—En el griego la interrogación requiere una respuesta negativa muy fuerte: “¿Acaso fué Pablo quien fué crucificado por vosotros? (seguramente no diréis semejante cosa)”. En la primera pregunta la majestad de “Cristo” (el Ungido de Dios) indica la imposibilidad de que él sea “dividido.” En la segunda, la insignificancia de Pablo indica la imposibilidad de ser él la cabeza de la redención, ya que él no había sido “crucificado por ellos,” ni había dado su nombre a los redimidos. Esto que se aplica a Pablo, el fundador de la iglesia de Corinto, es igualmente aplicable a Cefas y a Apolos, que no tenían tal título con respecto a dicha iglesia. ¿o habéis sido bautizados—La cruz nos reclama para Cristo como redimidos por él; el bautismo, como dedicados a él. en el nombre de Pablo?—el griego “eis”: “dentro del nombre” (Gálatas 3:27), denotando la idea de unificación simbolizada por el bautismo.

14. Doy gracias a Dios porque en su providencia ordenó todas las cosas de tal modo que yo no bautizara a ninguno de vosotros salvo a Crispo (el antes presidente de la sinagoga, Hechos 18:8) y a Gayo (escrito “Cayo” por los romanos, quien hospedó a Pablo en Corinto, así como a toda la iglesia, Romanos 16:23; siendo pues persona de buena posición social). El oficio de bautizar tocaba a los diáconos (Hechos 10:48) más bien que a los apóstoles, cuyo oficio era el de establecer las iglesias y dirigirlas de una manera general. Los diáconos tenían mejor oportunidad para dar la necesaria instrucción preparatoria para el bautismo. Crispo y Gayo, etc., fueron probablemente de los primeros convertidos, y por tanto fueron bautizados por Pablo mismo, el que fundó la iglesia.

15. Para que ninguno diga … etc.—No que Pablo tuviese esta finalidad al principio; sino que Dios dispuso de modo que nadie dijese esto. [Alford.]

16. bauticé la familia de Estéfanas—“Las primicias de Acaya,” o sea, de los primeros convertidos allí (cap. 16:15, 17). Es probable que tales “familias” incluyesen párvulos (Hechos 16:33). La historia de la iglesia favorece esta opinión, puesto que el bautismo infantil era el uso desde tiempos muy prístinos. (Nota del Editor: Esta opinión está de acuerdo con las denominaciones que practican el bautismo infantil, pero en realidad no hay nada que indique que en la ocasión que nos ocupa hayan bautizado a párvulos.)

17. S. Pablo no dice esto para menospreciar el bautismo, porque lo ensalza grandemente (Romanos 6:3). El bautizó a algunos de los primeros convertidos; y hubiera bautizado a otros más; pero la obra peculiar suya y de los apótsoles era predicar el evangelio, fundar por su testimonio ocular las iglesias particulares, y cuidar de ellas en lo general. no me envió Cristolit., como apóstol. a bautizar—ni en el nombre de Cristo, mucho menos en el mío propio. sino a predicar … no en sabiduría de palabras—o de lenguaje. El raciocinio filosófico destacado por el lenguaje oratorio y por la erudición secular, era cosa que los corintios evaluaban en demasía (v. 5; cap. 2:1, 4) en Apolos, la falta de lo cual en Pablo les desagradaba (2 Corintios 10:10). porque no sea hecha vana la cruz de Cristo—Es decir, para que no sea menospreciada la suma y la substancia del evangelio (v. 23; cap. 2:2): el Cristo crucificado, (Romanos 4:14) por hombres que estiman en más la lógica y la elocuencia humanas de la predicación evangélica, que el evangelio mismo del Cristo crucificado: el único remedio para el pecador perdido, y la mayor manifestación del amor de Dios.

18. Porque la palabra de la cruz—El mensaje, o la doctrina de la cruz, en contraste con la “sabiduría de palabras” (así llamada en el v. 17). es locura a los que se pierden—Mejor dicho, “a los que están pereciendo,” esto es, porque prefieren la humana “sabiduría de palabras” a la doctrina de la “cruz de Cristo.” Aquí no se hace referencia al estado final, sino a “los que están en el camino de la perdición.” Así también en 2 Corintios 2:15. mas a los que se salvan … a nosotros—Nótese la modestia con que escribe el apótsol, como si dijese: “Pero a los que se salvan (los que están en el camino de la salvación), entre los cuales estamos …” es potencia de Dios—Término que incluye “la sabiduría de Dios” (v. 24). La palabra de la cruz es el poderoso instrumento de la salvación, la más alta demostración del poder de Dios (Romanos 1:16). Lo que parece al mundo “flaqueza”, en el plan de Dios para la salvación de los hombres (v. 25), y en la manera como el apóstol lo presenta (cap. 2:3), es en realidad una manifestación de su gran “potencia.” Lo que parece “insensatez” por falta de la humana “sabiduría de palabras” (v. 17), es en verdad la suprema “sabiduría de Dios” (v. 24).

19. Destruiré la sabiduría—Algo diferente de la versión de los Setenta. El hebreo es: “Perecerá la sabiduría de los sabios, y se desvanecerá la prudencia de los prudentes”. (Isaías 29:14). Pablo, por inspiración divina, da la interpretación del Espíritu Santo, haciendo que Dios sea la causa de la perdición de la sabiduría. desecharé la inteligencia—“entendimiento.”

20. ¿Qué es del sabio?lit., “¿Dónde hay sabios?” En ninguna parte; porque “Dios los destruye” (v. 19). ¿qué del escriba?—judaico. [Alford.] ¿qué del escudriñador—griego. [Alford.] Véase el judío y el griego de este mundo en contraste con los sabios piadosos, v. 22, 23. Vitringa opina que la referencia es a los discursos judaicos de la sinagoga, o daraschoth, del radical hebreo que significa “disputar.” Compárese el término “cuestiones,” Hechos 26:3; Tito 3:9. Si es así, el término “sabiduría” se refiere aquí a la sabiduría griega (véase v. 22). Pablo usa el pasaje de Isaías 33:18 en un sentido superior; allá la referencia primordial era a la liberación temporal, aquí a la eternal; el v. 22. que está en triple oposición al v. 18, sanciona esta aplicación del apóstol; el Señor, en su carácter triple, es la única base que tiene el pueblo para gloriarse de este siglo—Más bien, “de esta dispensación.” Es decir, esta edad u orden mundano de cosas desde el punto de vista moral, en contraste con la dispensación u orden cristiano de cosas. del mundo—entendido externa o cósmicamente. ha enloquecido Dios la sabiduría—Ha demostrado que la filosofía del mundo es locura, porque le falta la fe en el Cristo crucificado. [Crísóstomo.] Dios la consideró como locura, y no la usó para convertir y salvar a los hombres (vv. 26, 27). [Estio.]

21. Por no haber el mundo conocido en la sabiduría de Dios—en la sapiente disposición de Dios. a Dios por sabiduría—antes, “por la sabiduría,” o por su filosofía (Juan 1:10; Romanos 1:28) no conocieron a Dios, aunque sí alcanzaron otros conocimientos (Hechos 17:23, Hechos 17:27). La teoría deísta de que el hombre puede por la luz de la naturaleza descubrir su deber para con Dios, queda refutada por el hecho de que el hombre nunca descubrió este deber sin la revelación de Dios. Todas las estrellas y la luna no pueden hacer el día; ésta es la prerrogativa del sol. Ni pueden los dones más sublimes hacer que amanezca el día moral; tal obra es el oficio de Cristo. Hasta al judío faltó este conocimiento, mientras que procuró tan solamente la sabiduría carnal de este mundo. agradó a Dios—Aquí el apóstol hace referencia a las palabras de Jesús en Lucas 10:21. salvar a los creyentes—a los que creyesen (Romanos 1:16)—por la locura de la predicación—por aquella predicación (doctrina) que el mundo (incrédulo, el judío así como el gentil) juzga locura.

22. Porquelit., “Por cuanto;” puesto que. Este versículo ilustra cómo la “predicación” del Cristo crucificado llegó a ser considerada como “locura” (v. 21). los Judíos piden señales—Así aparece esta palabra aun en los manuscritos más antiguos. El singular fué una corrección posterior sacada de Mateo 12:38; Mateo 16:1; Juan 2:18. Las señales que los judíos ansiaban no eran sólo milagros, sino evidencias directas del cielo. de que Jesús era el Mesías (Lucas 11:16). y los Griegos buscan sabiduría—Es decir, una demostración filosófica del cristianismo. Cristo, en lugar de dar una prueba demostrativa, demanda la fe que se basa en su palabra y en una porción razonable de evidencia que comprueba que dicha revelación es su palabra. El cristianismo no principia con la solución de las dificultades intelectuales, sino con la satisfacción de aquel corazón que anhela el perdón. Por tanto, no fueron los refinados griegos, sino los teocráticos judíos los escogidos para la propagación de la revelación. Así pues, una vez más, la Atenas intelectual (Hechos 17:18, etc.) recibió el evangelio con menos prontitud que la Corinto comercial.

23. Mas nosotros—Pablo y Apolos. predicamos a Cristo crucificado—El griego expresa no meramente el hecho de su crucificción, sino el carácter premanente de la transacción mediante la cual él es ahora Salvador (Gálatas 3:1). [Green.] El Mesías (Cristo) crucificado fué la piedra en la cual los judíos tropezaron (Mateo 21:44). La oposición igual de judíos y gentiles demuestra que una religión al parecer tan aborrecible en su origen no pudo haber triunfado si no hubiese sido divina.

24. Empero a los llamados—comp. “vocación,” v. 26. Aquí se trata de los mismos de quienes se dice: La misma clase de “nosotros, los que se salvan” (que estamos siendo salvados; v. 18); los elegidos, los cuales han obedecido al llamamiento; los eficientemente llamados (Romanos 8:28, Romanos 8:30). Cristo—No se agrega “crucificado” aquí, por que, vencido el escándalo de la cruz, “Cristo” es recibido en todos sentidos, no sólo en su cruz, sino también en su vida y en su futuro reino. potencia—llenando así todos los requerimientos de los judíos que buscaban “una señal.” La cruz (la muerte de un esclavo), que a los judíos (que esperaban un Mesías temporal) era “tropezadero,” es en realidad “potencia de Dios” para la salvación de todos los que creen. y sabiduría de Dios—exhibiendo así, en el grado máximo (si sólo lo hubieran querido ver), lo que los griegos buscaban, a saber: la sabiduría (Colosenses 2:3).

25. lo loco de Dios—Esto es, su plan de salvación, que los hombres juzgaban como “locura.” lo flaco de Dios—Cristo “fué crucificado por flaqueza” (2 Corintios 13:4, el gran tropezadero de los judíos), con todo,” vive por potencia de Dios.” Así de la flaqueza de sus siervos perfecciona la potencia (cap. 2:3; 2 Corintios 12:9).

26. Mirad … vuestra vocación, que no sois …—El “sois” no está en el original; léase más bien: “No muchos sabios … poderosos … nobles os llamaron.” Lo que el apóstol puntualiza es la debilidad de los medios que el Señor empleaba para convertir al mundo (v. 27, 28). [Hinds y Whately; así Anselmo.] Con todo, nuestra versión cuadra bien con el v. 24. “Toda la historia de la expansión de la iglesia es una victoria progresiva de los ignorantes sobre los eruditos, de los humildes sobre los arrogantes: aun el emperador mismo depuso su corona ante la cruz de Cristo.” [Olshausen.] sabios según la carne—Es decir, la sabiduría de este mundo adquirida por el estudio humano sin la intervención del Espíritu. Contrástese con Mateo 16:17.

27. lo necio—Frase general que incluye a personas y cosas necias. Dios escoge aun las cosas (y las cosas necias, también) para confundir a las personas (y aun a las personas sabias). Tal me parece ser la fuerza del cambio del masculino al neutro. escogió Dios para avergonzar—Dios confunde a los sabios, y obra, mediante sus instrumentos que no tienen sabiduría humana, lo que los mundanamente sabios, con ella, no pueden efectuar, a saber: llevar a los hombres a la salvación. lo flaco … escogió Dios, etc.—La repetición del término “escogió” indica la bondadosa premeditación del propósito de Dios (Santiago 2:5).

28. y lo que no es—Algunos de los manuscritos más antiguos omiten la conjunción “y”. Así pues, la frase “lo que no es,” está en oposición con “lo necio,” “lo flaco.” “lo vil”, y lo “menospreciado,” (cosas todas que no son nada). Dios escogió las cuatro “nadas” para anular las cosas que son.

29. ninguna carne se jacte—Porque los que tratan de gloriarse de la grandeza y sabiduría humanas son confundidos, son “avergonzados” (v. 27). La carne, como “la flor del campo,” es hermosa, pero débil (Isaías 40:6). en su presencia—Hemos de gloriarnos, no delante de él, sino de él. [Bengel.]

30. Mas—en contraste con los que “se jactan” de la sabiduría y grandeza mundanas) de él sois—No de vosotros mismos (Efesios 2:8), sino de él (Romanos 11:36). De él venís (de él tenéis la vida espiritual, vosotros los que una vez os contabais entre las “cosas que no son,” v. 28) en Cristo Jesús—por la unión viviente con él. No “en la carne” (vv. 26, 29). por Dios.—la sabiduría que viene de Dios; que emana de él y es enviada por él. nos ha sido hecho—para nuestra eterna ganancia. sabiduría—la cual es inalcanzable si se busca de una manera mundana (vv. 19, 20; comp. Colosenses 2:3; Proverbios 8; Isaías 9:6). Por ella llegamos a ser “sabios para la salvación,” gracias sólo a la sabiduría suya que originó y llevó a efecto el plan, ya que antes nosotros éramos “insensatos.” justificación—en griego: justicia, que es la base de nuestra justificación (Jeremias 23:5; Romanos 4:25; 2 Corintios 5:21); mientras que nosotros una vez éramos “flacos” (Romanos 5:6). Isaías 42:21; Isaías 45:24. santificación—por el Espíritu Santo; mientras que nosotros éramos “bajos”. En el más allá, nuestra justicia y asimismo nuestra santificación serán perfectas y serán inherentes. Ahora la justicia por la que somos justificados es perfecta, pero no ínherente; aquella mediante la cual somos santificados, es inherente pero no perfecta. [Hooker.] La santificación es perfecta en principio, pero no en su realización. Estas dos están unidas en el griego como si formaran esencialmente una sola cosa, pero no así “la sabiduría”, por cuanto ella originó y ejecutó el plan (“sobreabundó en nosotros en toda sabiduría,” Efesios 1:8), y la “redención,” la consumación final del plan en la liberación del cuerpo (la posición de la palabra redención en último lugar demuestra que se entiende aquí en un sentido limitado). Lucas 21:28; Romanos 8:23; Efesios 1:14; Efesios 4:30. redención—Somos redimidos después de haber sido “despreciados” El que se gloría, gloríese en el Señor—(Jeremias 9:23) en contraste con lo que se dijo antes: “ninguna carne se jacte en su presencia (v. 29) En contraste con la mórbida humillación servil, el apóstol encarna la humildad en el conocimiento elevador de nuestra verdadera dignidad en Cristo. El que se gloria ha de gloriarse en el Señor, no en la carne ni en el mundo.

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