Isaías 53:1-12

1 ¿Quién ha creído nuestro anuncio? ¿Sobre quién se ha manifestado el brazo del SEÑOR?

2 Subió como un retoño delante de él, y como una raíz de tierra seca. No hay parecer en él ni hermosura; lo vimos, pero no tenía atractivo como para que lo deseáramos.

3 Fue despreciado y desechado por los hombres, varón de dolores y experimentado en el sufrimiento. Y como escondimos de él el rostro, lo menospreciamosh y no lo estimamos.

4 Ciertamente él llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores. Nosotros lo tuvimos por azotado, como herido por Dios y afligido.

5 Pero él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos nosotros sanados.

6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino. Pero el SEÑOR cargó en él el pecado de todos nosotros.

7 Él fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca. Como un cordero, fue llevado al matadero; y como una oveja que enmudece delante de sus esquiladores, tampoco él abrió su boca.

8 Por medio de la opresión y del juicio fue quitado. Y respecto a su generación, ¿quién la contará? Porque él fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la transgresión de mi pueblo fue herido.

9 Se dispuso con los impíos su sepultura, y con los ricos estuvo en su muerte. Aunque nunca hizo violencia, ni hubo engaño en su boca,

10 con todo eso, el SEÑOR quiso quebrantarlo, y lo hirió. Cuando se haya puesto su vida como sacrificio por la culpa, verá descendencia. Vivirá por días sin fin, y la voluntad del SEÑOR será en su mano prosperada.

11 A causa de la angustia de su alma, verá la luz y quedará satisfecho. “Por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos, y cargará con los pecados de ellos.

12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos. Porque derramó su vida hasta la muerte y fue contado entre los transgresores, habiendo él llevado el pecado de muchos e intercedido por los transgresores.

LA INCREDULIDAD DEL HOMBRE. LOS SUFRIMIENTOS DEL MESIAS Y SU TRIUNFO FINAL PARA PROVECHO DEL HOMBRE. El orador, según Horsley representa a los judíos arrepentidos en los últimos siglos del mundo venidero, a causa de su fe en el Redentor. La suma de todo es la penitente confesión de ese pueblo. Esta opinión concuerda con el contexto (cap. 52:7, 9), mas no se cumplirá enteramente hasta que Israel sea restaurado. No obstante, ésta es la abrupta exclamación del profeta: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio?” a saber, el de Isaías y el de los otras profetas tocante al Mesías. Se anticipa a la objeción de los incrédulos, motivada por la incredulidad de los judíos, la que es contestada así: Que la incredulidad y su causa (la humillación del Mesías, pues ellos esperaban a Uno que viniese a reinar) fueron previstas y predichas.

1. anuncio—liter., lo oído. Pablo, refiriéndose al sentido de esa frase, dijo: “Luego la fe es por el oír” (Romanos 10:16). brazo—poder (cap. 40:10), que se ejerce haciendo milagros y salvando hombres (Romanos 1:16; 1 Corintios 1:18). El profeta cual si estuviese presente durante el ministerio del Mesías sobre la tierra, se siente profundamente afectado al ver cuán pocos creían en él (cap. 49:4; Marco 6:6; Marco 9:19; Hechos 1:15). Se dan dos razones del porqué todos debían haber creído: (1). El “dicho” de los “antiguos profetas”; (2). el “brazo de Jehová” manifestado en el Mesías mientras estuvo en la tierra. En el concepto de Horsley, ésta será la penitente confesión de los judíos: “¡Cuán pocos de los de nuestra nación, en los días del Mesías, creyeron en él!”

2. subirá—mejor, había crecido. cual renuevo—El Mesías creció silenciosa e insensiblemente cual retoño de un añoso tronco aparentemente muerto (a saber, la casa de David, entonces venida a menos) (Nota, cap. 11:1). delante de él—delante de Jehová. Bien que desconocido para el mundo (Juan 1:11), el Mesías fué cuidado por Dios, el cual ordenó lo más minuciosamente las circunstancias que concurrieron a su crecimiento. raíz—es decir, brote de una raíz. parecer—hermoso aspecto; la tristeza había desfigurado su aspecto que en otro tiempo había sido hermoso. le veremos—mejor, uniendo la frase a las palabras precedentes, “Ni belleza (o atractivo) para que lo miremos (con deleite)”. La estudiada reticencia del Nuevo Testamento en cuanto a su forma, estatura, color, etc., se hizo con el designio de impedir que nos detuviéramos a considerar lo corporal, más bien que su belleza moral; su santidad, el amor, etc.; es asimismo una protesta providencial contra la hechura y veneración de sus imágenes. La carta de P. Léntulo al emperador Tiberio, en la que describe su persona, es espuria; lo es asimismo el cuento del envío de su retrato a Abgar, rey de Edesa; también lo es la alegada impresión de su faz en el lienzo de la Verónica. La parte primera de este versículo se refiere a su nacimiento e infancia; la última, a su primera aparición en público. [Vitringa]

3. desechado—“abandonado de los hombres” [Gesenius]. “El más abyecto de los hombres”; liter., “el que cesa de entre los hombres”, esto es, que ya no es considerado como hombre [Hengstenberg]. (Nota, cap. 52:14; 49:7). varón de dolores—es decir, cuya característica distintiva era el dolor. experimentado en quebranto—familiarizado con la aflicción por su constante contacto con ella. quebranto. liter., enfermedad; en sentido figurado, por todo género de calamidades (Jeremias 6:14); como la lepra, que representaba especialmente el quebranto, por ser un juicio directo de Dios. Es notable el que no se mencione que Jesús haya estado enfermo jamás. y … escondimos … el rostro—más bien, como uno que da lugar a que les hombres escondan sus rostros de él, en señal de aversión [Maurer]. O: “Fué como una ocultación del rostro delante de él”, esto es, como una cosa ante la cual un hombre cubre su faz con disgusto. [Hengstenberg]. O, “como uno ante quien hay el encubrimiento del rostro”; ante quien uno se cubre el rostro en disgusto. [Gesenius]. no lo estimamos—El profeta se identifica con los judíos. Véase la opinión de Horsley (Nota v. 1). no lo estimamos—desprecio negativo; las palabras anteriores expresan el positivo.

4. ciertamente … nuestras enfermedades—liter., más con todo, “él llevó nuestras enfermedades”; es decir, que los que le despreciaron por sus humanas enfermedades, más bien debieran haberle estimado a causa de ellas, porque de esa manera, él mismo llevó nuestras enfermedades (las indisposiciones corporales). Así está citado en Mateo 8:17. En el vocablo hebreo que se traduce “llevar” o tomar, hay probablemente una doble noción, él llevó sobre sí como sustituto, y así quitó … Su perfecta humanidad mediante la cual fué afligido corporalmente por nosotros, y en todas nuestras aflicciones (cap. 63:9; Hebreos 4:15) fué la razón por la cual curó a los enfermos; de manera que la cita de San Mateo no es una mera acomodación. Véase Nota 42 del arzobispo Magee, Expiación. El hebreo, en ese pasaje puede que signifique abrumado por las tinieblas; la hora de tinieblas del Mesías fué temporal (Mateo 27:45), que corresponde a ser herido en el calcañar; la de Satán es eterna, que corresponde al aplastamiento de su cabeza (cf. cap. 50:10). sufrió nuestros dolores—noción estricta de sustitución. “Llevó”, a saber como una carga, “los dolores”, esto es, los mentales; así como “quebrantos” se refieren a los del cuerpo (Salmo 32:10; Salmo 38:17). Mateo 8:17 parecería oponerse a esto: “Y llevó nuestras dolencias”. Pero él usa “dolencias” en sentido figurado por pecados, los cuales son la causa de ellas. Cristo tomó sobre sí todas las enfermedades del hombre, a fin de eliminarlas: las corporales, mediante la acción directa del milagro, basado en su participación en las enfermedades humanas; las del alma, por sus sufrimientos sustitutivos que eliminaron la fuente de ambas. El pecado y la enfermedad están éticamente relacionados como causa y efecto (cap. 33:24; Salmo 103:3; Mateo 9:2; Juan 5:14; Santiago 5:15). nosotros le tuvimos por azotado—en sentido judicial [Lowth], es decir, por sus pecados, siendo así que lo fué por los nuestros. “Nosotros lo reputamos un leproso” [Jerónimo, Vulgata], ya que la lepra era el directo juicio divino sobre la culpa (Levítico 13: Números 12:10, Números 12:15; 2 Crónicas 26:18). herido—por los juicios divinos. abatido—por sus pecados; tal fué el punto en que tanto erraron ellos (Lucas 23:34; Hechos 3:17; 1 Corintios 2:8). Fué, es cierto, “afligido”, pero no por sus pecados.

5. herido—con heridas corporales; no meramente con dolores mentales; liter., traspasado o taladrado; admirablemente apropiado al Mesías, cuyas manos, pies y costado fueron traspasados (Salmo 22:16). El margen de la Versión Inglesa está equivocado, al traducir “atormentado”, de una raíz hebrea. por … por … (Romanos 4:25; 2 Corintios 5:21; Hebreos 9:28; 1 Pedro 2:24; 1 Pedro 3:18). La causa por la que sufrió no era suya, sino por nuestros pecados. molido—abrumado por los sufrimientos internos y externos (Nota, v. 10). el castigo—liter., la corrección infligida por un padre a sus hijos para su bien (Hebreos 12:5, Hebreos 12:10,11). No fué estrictamente hablando castigado; porque eso sólo puede tener lugar donde hay culpa, cosa que él no tenía; sino que tomó sobre sí mismo el castigo en virtud del cual la paz (la reconciliación con el Padre) de los hijos de Dios había de efectuarse (Romanos 5:1; Efesios 2:14, Efesios 2:17; Hebreos 2:14). sobre él—como una carga; expresión paralela de “había llevado”. y por su llaga—una profecía precisa en cuanto a que sería azotado (Mateo 27:26; 1 Pedro 2:24). curados—espiritualmente (Salmo 41:4; Jeremias 8:22).

6. confesión penitente de los creyentes y de Israel en los últimos días (Malaquías 12:10). descarriamos como ovejas—(Salmo 119:176; 1 Pedro 2:25). La antítesis es “en cuanto a nosotros mismos estamos descarriados; por Cristo fuimos recogidos; por naturaleza vagamos, arrojándonos de cabeza al abismo de la ruina; mas por Cristo hallamos el camino que conduce a la puerta de la vida” [Calvino]. Esto también es aplicable literalmente a Israel antes de su restauración (Ezequiel 34:5; Malaquías 10:2, Malaquías 10:6; cf. con Ezequiel 34:23; Jeremias 23:4; y con Mateo 9:36). cargó—“hizo que descendiese sobre él” [Lowth]. Más bien, “hizo que se precipitase sobre él” [Maurer]. el pecado,—es decir, su pena; o más bien, como en 2 Corintios 5:21; él no fué meramente una ofrenda por el pecado (ya que ello destruiría su antítesis: la justicia), sino que “fué hecho pecado por nosotros”; el mismo pecado vicario, el representante del pecado colectivo de toda la humanidad; no los pecados en plural, porque el “pecado” del mundo es uno (Romanos 5:16); de esta manera nosotros no somos hechos meramente justos, sino justicia, “la justicia de Dios”. El inocente fué castigado cual si fuese culpable, para que el culpable pudiera ser recompensado como si fuese inocente. Lo que dice este versículo no podria aplicarse a un mero mártir.

7. angustiado—Lowth traduce: “Fué apremiado y hecho responsable”. El verbo significa exigir rigurosamente el pago de una deuda (Deuteronomio 15:2), y por lo mismo, ser oprimido en general; es probable que se aluda a la exigencia de la totalidad de la pena de nuestros pecados mediante sus sufrimientos. y afligido—o, sin embargo, él sufrió, o llevó él mismo pacientemente, etc. [Hengstenberg y Maurer]. Lowth traduce: “Fué hecho responsable”, lo cual difícilmente se puede aceptar a la luz del hebreo. no abrió su bocaJeremias 11:19 y David en el Salmo 38:13; Salmo 39:9, que prefigura al Mesías (Mateo 26:63; Mateo 27:12, Mateo 27:14; 1 Pedro 2:23).

8. Más bien, “fué llevado (esto es, cortado) por la opresión y por una sentencia judicial”, una endíadis, por “una opresiva sentencia judicial” [Lowth y Hengstenberg]. Gesenius no traduce tan bien: “El fué librado de la opresión y el castigo” únicamente por la muerte. La Versión Inglesa también traduce “de la … de la,” no “por … por”. Pero lo de “prisión” no es verdad en el caso de Jesús, porque no fué encarcelado; sino detenido y maniatado (Juan 18:24) está más conforme con el hebreo. Los Hechos 8:33, traduce como la Versión de los Setenta: “En su humillación su juicio (el proceso legal) fué quitado”. El sentido virtual del hebreo lo vierte Lowth, sancionado por el inspirado autor de los Hechos: Fué tratado como uno tan vil, que fué privado de un proceso justo (Mateo 26:59; Marco 14:55). Horsley traduce: “Después de su condenación y sentencia fué aceptado”. Su generación ¿quién la contará?—¿Quién podrá referir (la maldad de) su generación?, esto es, de sus contemporáneos [Alford en Hechos 8:33], que concuerda mejor con el paralelismo “la mladad de su generación”, que corresponde con “opresivo juicio”. Pero Lutero traduce: “la duración de su vida”, es decir, su futura vida no tendrá fin (v. 10;) Romanos 6:9). Calvino incluye los días de su iglesia, la que no puede existir separada de él. Hengstenberg: “Su posteridad”. El en verdad será cortado, pero su raza será tan numerosa que nadie la podrá contar enteramente. Crisóstomo, etc; “Su eterna filiación y milagrosa encarnación”. cortado—lo que da a entender muerte violenta (Daniel 9:26). de mi pueblo—Isaías se incluye a sí mismo entre el pueblo mediante la palabra “mi” [Hengstenberg]. Es más bien Jehová que habla mediante la persona de su profeta, “mi pueblo”, por la elección de gracia (Hebreos 2:13). fué herido—el hebreo: “el golpe le fué dado a él”. Gesenius dice que el hebreo significa ellos, el cuerpo colectivo, ya de los profetas, ya del pueblo, al cual atribuyen los judíos toda la profecía. Pero Jerónimo y las versiones Siríaca y Etiópica traducen: a él; en efecto, éste es singular en algunos pasajes: Salmo 11:7; Job 27:23, singular; Isaías 44:15, singular; la Versión de los Setenta lee el hebreo lamo, “sobre él”; y las palabras similares lamuth “hasta la muerte”, que daría de mano al punto de interpretación judía “sobre ellos”. Orígenes, que cotejó diligentemente el texto hebreo con la Versión de los Setenta, lo lee así y lo alega contra los judíos de su tiempo, quienes habrían negado que fuese ésa la verdadera lección, si la palabra no se encontrara realmente entonces en el texto hebreo [Lowth]. Si su sola autoridad se considera insuficiente, lamo tal vez indique que el Mesías era el representante del cuerpo colectivo de todos los hombres; de aquí la equívoca forma plural-singular.

9. Más bien, “señalaron su sepultura”. “Le designaron sepultura” [Hengstenberg]; es decir, que ellos, al crucificarle con los ladrones, determinaron que fuese sepultado “con los malvados” (Mateo 27:38) (Cf. con Juan 19:31). Negarle a uno honrosa sepultura se consideraba una gran ignominia (Notas, cap. 14:19; Jeremias 26:23). con los ricos—más bien, pero él la tuvo con un rico”, etc. Gesenius, a causa del paralelismo “los inicuos”, traduce “los impíos”, (porque el efecto de las riquezas es hacer de uno un impío); pero el hebreo significa en todos los casos rico, nunca impío; el paralelismo es asimismo un contraste entre el designio y el hecho ordenado por Dios (Mateo 27:57; Marco 15:43; Juan 19:39); dos hombres ricos lo honraron en su muerte: José de Arimatea y Nicodemo. en su muerte—Hebreo, muertes. Lowth traduce: “Su tumba”; bamoth, de una raíz diferente que significa lugares altos, y así montículos para sepulturas (Ezequiel 43:7). Pero todas las versiones se oponen a esto, y el hebreo difícilmente lo admite. Tradúzcase más bien, “después de su muerte” [Hengstenberg], pues decimos “a su muerte”. El plural muertes intensifica la fuerza; así como Adán, pecando, (“muriendo murió”, Génesis 2:17, margen de la Versión Inglesa) incurrió en muerte, física y espiritual; así el Mesías, su sustituto, sufrió la muerte en ambos sentidos: la espiritual, durante su temporario abandono por el Padre; y la física, cuando entregó su espíritu. porque—más bien, como lo exige el sentido (así Job 16:17) “aunque nunca hizo él”, etc. [Hengstenberg[. (1 Pedro 2:20; 1 Juan 3:5, Joel 3:5). maldad—esto es, injusticia.

10. Transición de su humillación a su exaltación. Jehová quiso—He ahí el secreto de sus sufrimientos. El Mesías los sufrió voluntariamente, a fin de que por ese medio pudiese él “hacer la voluntad de Dios” (Juan 6:38; Hebreos 10:7) tocante a la redención del hombre; así al fin del versículo, “la voluntad de Jehová será prosperada en su mano”. quebrantarlo—(Véase el v. 5); de esa manera se cumplió Génesis 3:15, aunque la palabra hebrea traducida allí quebrantar, no es la usada aquí. La palabra “mismo” en Mateo, quiere decir una conducción sobre sí mismo de nuestras enfermedades, espirituales y físicas, que incluía como consecuencia la cura de nuestras dolencias corporales. Estas son el reverso del pecado. El llevar sobre sí nuestra enfermedad espiritual envuelve que la llevó con amor, y sanándola, sanaba las dolencias externas, que con su fruto y expresión. Hengstenberg objeta con razón la traducción de Magee de “quitó”, en lugar de “llevó”, ya que anularía el paralelismo “llevar en peso”. Además, la palabra hebrea en otros lugares, cuando se halla relacionada con el pecado, significa llevarlo, así como la pena del mismo (Ezequiel 18:20). Mateo, en otra parte, habla asimismo de su expiación vicaria (Mateo 20:28). cuando hubiere—es decir, como en la margen, “cuando su alma haya hecho ofrenda, etc,” En la Versión Inglesa el cambio de persona del verbo es muy abrupto: de Jehová, a quien se habla en segunda persona (v. 10), a Jehová quien habla en primera persona en el v. 11. La lección del margen, correctamente, hace que el profeta hable en nombre de Jehová en este versículo. en expiación por el pecado—(Romanos 3:25; 1 Juan 2:2, Joel 2:2; 1 Juan 4:10, Joel 4:10). linaje—Su posteridad espiritual será numerosa (Salmo 22:30); aun más, si bien él debe morir, él los verá. Entre los hebreos, una numerosa posteridad se reputaba como una gran bendición; y más lo era el que no viviese para verla (Génesis 48:11; Salmo 128:6). vivirá por largos días—lo cual también se estimaba como una especial bendición entre los judíos (Salmo 91:16). Después de su muerte, el Mesías volverá a levantarse para vivir para siempre (Oseas 6:2; Romanos 6:9). será … prosperada—(cap. 52:13).

11. Jehová habla todavía. Del trabajo de su alma—Verá tan copiosos frutos como efecto de sus padecimientos, que será ampliamente retribuído por ellos (cap. 49:4, 5; 50:5, 9). La “satisfacción” de ver calmado fruto del trabajo de su alma en la conversión de Israel y del mundo, la experimentará en los últimos días (cap. 2:2, 4). con su conocimiento—más bien, con su conocimiento experimental (Juan 17:3; Filipenses 3:10). justificará—tratándolos como si fuesen justos, en sentido forense, sobre la base de sus meritorios sufrimientos y no por la justicia de ellos. mi siervo—El Mesías (cap. 42:1; 52:13). justo—el fundamento sobre el cual él justifica a otros es su propia justicia (1 Juan 2:1, Joel 2:1). y él llevará las iniquidades—(vv. 4, 5), como sustituto del pecador.

12. le daré parte—como vencedor que divide el despojo después de la victoria (Salmo 2:8; Lucas 11:22). con los fuertes—Hengstenberg traduce: “Le daré los poderosos como porción”. Así también la Versión de los Setenta. Mas la cláusula paralela dice “con los fuertes” favoreciendo así la Versión de Reina-Valera. Sus triunfos no los obtendrá meramente sobre pocos y débiles, sino sobre muchos y fuertes. despojos—(Colosenses 2:15; cf. con Proverbios 16:19). “Con los grandes, con los poderosos” puede que signifique como un grande y poderoso héroe. derramó su vida—la cual se creía que residía en la sangre (Levítico 17:11; Romanos 3:25). fué contado con—No que él fuese un transgresor, sino que fué tratado como si lo fuese, al ser crucificado con ladrones (Marco 15:28; Lucas 22:37). orado por los transgresores—Este oficio lo comenzó en la cruz (Lucas 23:34), y ahora lo continúa en el cielo (cap. 59:16; Hebreos 9:24; 1 Juan 2:1, Joel 2:1). Póngase por cuanto delante de “fué contado … llevó … orado”. Su meritoria muerte y su intercesión son la causa de su triunfo final. Maurer, a causa del paralelismo, traduce: “fué puesto al mismo nivel de los transgresores”. Pero la Versión Inglesa concuerda mejor con el hebreo, en el sentido y en el hecho, en lo que se refiere a Cristo. La traducción de Maurer después de “Fué contado con los transgresores”, sería una tautología; pues el paralelismo no necesita de tan servil repetición. “y orado por, etc.” responde al paralelo “fué contado con, etc.” como el efecto responde a la causa; pues su intercesión por los pecadores es el efecto que fluye de haber sido contado con ellos.

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