Dios no es tentador del mal ni autor del pecado. (Santiago 1. 13.) No tienta a nadie: oramos para que no permita que el diablo nos tiente por encima de nuestras fuerzas: que elimine las tentaciones, o nos capacite para vencerlas, y nos libere del mal, particularmente de la el mal del pecado, que es el primero, el más grande y la verdadera causa eficaz de todos los males. (Haydock) --- En griego leemos aquí, porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria; qué palabras se encuentran son algunas liturgias griegas antiguas, y hay toda la apariencia de que de ahí se han deslizado en el texto de S.

Mateo. No aparecen en San Lucas (vi. 4), ni en ninguna de las antiguas copias latinas, ni aún en el más antiguo de los textos griegos. Los santos Padres anteriores a San Juan Crisóstomo, como observa Grocio, que han explicado la oración del Señor, nunca mencionan estas palabras. --- Y no se encuentra en Tertuliano, San Cipriano, San Jerónimo, San Ambrosio, San Agustín, etc., ni en la copia griega del Vaticano, ni en los manuscritos de Cambridge.

&C. como también observa el Dr. Wells, parece cierto que fueron sólo una conclusión piadosa, o doxología, con la que los griegos de la cuarta edad comenzaron a concluir sus oraciones, de la misma manera que, Gloria al Padre, etc. se añadió al final de cada salmo. Podemos suponer razonablemente que estas palabras al principio estaban en el margen de algunas copias, y luego por algunos transcriptores tomadas en el texto mismo. (Witham)

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