Ahora no es por obras: de lo contrario, la gracia ya no es gracia. La elección de Dios, y la primera gracia al menos, carecen siempre de mérito por nuestra parte; pero si hablamos de obras realizadas en estado de gracia, y con la ayuda de la gracia de Dios, cooperamos con las gracias dadas, y al cooperar así, merecemos y merecemos una recompensa en el cielo. (Witham) --- Si la salvación viniera por obras, hechas por naturaleza, sin fe y sin gracia, la salvación no sería una gracia o favor, sino una deuda; pero esas obras muertas no tienen ningún valor a los ojos de Dios para la salvación. No es lo mismo con respecto a las obras realizadas con y por la gracia de Dios; porque para obras como estas ha prometido la salvación eterna. (Challoner)

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