Entonces dijo también al que le invitó: Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos también te vuelvan a pedir, y se te otorgue recompensa.

Ver. 12. Ni tu vecino rico ] Laudent te esurientium viscera, non ructantium opulenta convivia, dice Jerónimo. El obispo Hooper tenía su junta de mendigos, a quienes diariamente servían cuatro personas en un comedor, con carnes saludables, antes de que él se sentara a cenar. (Hechos y Lunes)

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