Y al que te hiera en una mejilla, ofrécele también la otra; y al que te quite la capa, no le prohiba tomar también la túnica.

Ver. 29. Eso te hiere en una mejilla ] Sócrates, cuando uno le dio una caja en la oreja en la plaza del mercado, dijo: ¿ Quam molestum est nescire homines quando prodire debeant cam galea? Qué extraño es irse al extranjero sin un helmut.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad