Y aunque no les gustaba retener a Dios en su conocimiento, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer aquellas cosas que no son convenientes;

Ver. 28. Para una mente reprobada ] O, una mente imprudente; o una mente rechazada, rechazada, aborrecida de Dios; o una mente de la que nadie tenga motivo de gloriarse, sino de la que más bien se avergüence.

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