17-20 Este mundo no es un lugar en el que debamos estar siempre, o por mucho tiempo juntos. En el cielo las almas santas se reunirán y nunca más se separarán. Y aunque el apóstol no pudo venir a ellos todavía, y pensó que nunca podría venir, sin embargo nuestro Señor Jesucristo vendrá; nada lo impedirá. Que Dios dé ministros fieles a todos los que le sirven con su espíritu en el evangelio de su Hijo, y los envíe a todos los que están en la oscuridad

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