1-3 Este libro es la Revelación de Jesucristo; toda la Biblia lo es, pues toda la revelación viene por medio de Cristo, y todo se relaciona con él. Su tema principal es descubrir los propósitos de Dios con respecto a los asuntos de la iglesia y de las naciones relacionadas con ella, hasta el fin del mundo. Estos acontecimientos se producirían con toda seguridad; y empezarían a producirse muy pronto. Aunque Cristo es en sí mismo Dios, y tiene luz y vida en sí mismo, sin embargo, como Mediador entre Dios y los hombres, recibe instrucciones del Padre. A él le debemos el conocimiento de lo que debemos esperar de Dios, y lo que él espera de nosotros. El tema de esta revelación fue, las cosas que deben suceder pronto. Sobre todos los que leen o escuchan las palabras de la profecía, se pronuncia una bendición. Los que escudriñan la Biblia están bien empleados. No basta con que leamos y oigamos, sino que debemos guardar las cosas que están escritas, en nuestra memoria, en nuestra mente, en nuestros afectos y en la práctica, y seremos bendecidos en el hecho. Incluso los misterios y las dificultades de este libro están unidos a los descubrimientos de Dios, adecuados para impresionar la mente con asombro, y para purificar el alma del lector, aunque no pueda discernir el significado profético. Ninguna parte de la Escritura expone más plenamente el Evangelio y advierte contra el mal del pecado.

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