12-17 No sólo no debemos hacer daño a nadie, sino hacer el bien que podamos a todos. Aquellos que son los elegidos de Dios, santos y amados, deben ser humildes y compasivos con todos. Mientras estemos en este mundo, donde hay tanta corrupción en nuestros corazones, a veces surgirán peleas. Pero es nuestro deber perdonarnos los unos a los otros, imitando el perdón por el que hemos sido salvados. Que la paz de Dios reine en vuestros corazones; es obra suya en todos los que son suyos. La acción de gracias a Dios, ayuda a hacernos agradables a todos los hombres. El evangelio es la palabra de Cristo. Muchos tienen la palabra, pero mora en ellos pobremente; no tiene poder sobre ellos. El alma prospera, cuando estamos llenos de las Escrituras y de la gracia de Cristo. Pero cuando cantamos salmos, debemos estar afectados con lo que cantamos. Sea lo que sea que empleemos, hagamos todo en el nombre del Señor Jesús, y en dependencia creyente de él. Los que hacen todo en el nombre de Cristo, nunca les faltará materia de acción de gracias a Dios, incluso al Padre.

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