Epístola de Policarpo a los Filipenses

Mas el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, y el mismo Jesucristo, que es el Hijo de Dios, y nuestro eterno Sumo Sacerdote, os edifique en la fe y en la verdad, y en toda mansedumbre, benignidad, paciencia, longanimidad. , paciencia y pureza; y os dé suerte y porción entre sus santos, y a nosotros con vosotros, y a todos los que están debajo del cielo, que crean en nuestro Señor Jesucristo, y en su Padre, que le resucitó de entre los muertos. [72]

Epístola de Ignacio a los Filadelfinos

lo sé, obtuvo el ministerio que pertenece al [bien] común, no de sí mismo, ni por los hombres,[5]

Epístola de Ignacio a los Filadelfinos

Habiendo visto a vuestro obispo, sé que no fue elegido para emprender el ministerio que pertenece al [bien] común, ni por sí mismo ni por los hombres,[7]

Ireneo Contra las Herejías Libro III

Así pues, como "Pablo [fue] apóstol, no de los hombres ni por los hombres, sino por Jesucristo y por Dios Padre"[228]

Tertuliano contra Marción Libro V

Se profesa a sí mismo como "apóstol" -para usar sus propias palabras- "no de los hombres, ni por los hombres, sino por Jesucristo"[20].

Tertuliano contra Marción Libro V

en todo caso, me habéis transmitido esta carrera de Pablo, que no debéis negaros a aceptar. De ahí demuestro que de perseguidor pasó a ser "apóstol, no de los hombres ni por los hombres"[32].

Tertuliano contra Práxeas

A los gálatas se declara "apóstol no de los hombres ni por los hombres, sino por Jesucristo y por Dios Padre"[401].

Fragmentos dogmáticos e históricos de Hipólito

Y Jacob dice: "¿Quién lo despertará?" Y eso es precisamente a lo que tanto David como Pablo se refieren, como cuando Pablo dice: "y Dios el Padre, que lo resucitó de entre los muertos".[34]

Tratado de Novaciano sobre la Trinidad

escribiendo en sus epístolas; y si el mismo apóstol declara que fue ordenado “apóstol no por hombres, ni de hombre, sino por Jesucristo”[94]

Hechos de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo

He enseñado a las iglesias de los creyentes a reverenciar a un Dios todopoderoso, invisible e incomprensible. Y esta enseñanza me ha sido dada, no de los hombres, ni por los hombres, sino por medio de Jesucristo,[33]

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Antiguo Testamento