Pablo, un apóstol - Aquí fue necesario que San Pablo hiciera valer su autoridad; de lo contrario, es muy modesto en el uso de este título. Rara vez lo menciona cuando menciona a otros en los saludos consigo mismo, como en las Epístolas a los Filipenses y Tesalonicenses; o cuando escribe sobre asuntos seculares, como en el caso de Filemón; ni tampoco por escrito a los hebreos porque no era propiamente su apóstol.

No de hombres, no por encargo de ellos, sino de Dios Padre. Ni por el hombre, ni por ningún hombre como instrumento, sino por Jesucristo. Quien lo resucitó de entre los muertos, de lo cual era el oficio peculiar de un apóstol dar testimonio.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad