Y mi discurso. - El resultado que se derivó necesariamente de esta debilidad y temblor fue que ni su "discurso" ( es decir, el estilo de su enseñanza), ni su "predicación" ( es decir, el tema de su enseñanza) eran del tipo apelar a los gustos naturales de los corintios.

Demostración del Espíritu. - La demostración del Apóstol de la verdad del evangelio no fue el resultado de ningún arte o habilidad humana, sino que vino del Espíritu y el poder de Dios, y por lo tanto los corintios no podían gloriarse en ningún maestro humano, sino sólo en el poder de Dios, que fue la verdadera fuente del éxito del evangelio entre ellos.

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