Comienzo. Así como San Mateo comienza su Evangelio con el mismo título que esta obra, el Libro de la Generación, o Génesis, San Juan adopta las primeras palabras de Moisés, al principio; pero él considera un orden de cosas mucho más alto, incluso el Hijo de Dios consustancial, el mismo con Dios desde toda la eternidad, formando el universo, en el principio de los tiempos, en conjunción con las otras dos Personas Divinas, por la palabra de su poder. ; porque todas las cosas fueron hechas por Él, la Deidad Indivisible.

(Haydock) --- Elohim, los Jueces o Dioses, que denota pluralidad, se une a un verbo singular, él creó, de donde muchos, después de Pedro Lombard, han inferido, que en este primer verso del Génesis el adorable misterio de la Santísima Trinidad se insinúa, ya que también se recogen de varios otros pasajes del Antiguo Testamento, aunque no se reveló claramente hasta que nuestro Salvador vino a ser el consumador de nuestra fe.

(Calmet) --- Los judíos, siendo un pueblo carnal y propenso a la idolatría, podrían haber estado en peligro de aplicar mal este gran misterio, y por lo tanto, no se les exigía una creencia explícita de él en general. Ver Collet. &C. (Haydock) --- La palabra bara, creado, está aquí determinada por la tradición y por la razón para significar una producción de la nada, aunque también se usa para significar la formación de una cosa a partir de materia preexistente.

(ver. 21, 27.) (Calmet) --- La primera causa de todas las cosas debe ser Dios, quien, en un momento, habló, y el cielo y la tierra fueron hechos, el cielo con todos los ángeles; y toda la masa de los elementos, en un estado de confusión, y mezclados, de los cuales el hermoso orden, que luego fue tan admirable, surgió en el espacio de seis días: así Dios se complació en manifestar su libre elección en oposición a aquellos paganos que lo atribuían todo al azar o al destino ciego.

El cielo se coloca aquí en primer lugar, y no se declara vacío y oscuro como la tierra; para que aprendamos a elevar nuestra mente y nuestro corazón por encima de esta tierra de prueba, a ese nuestro verdadero país, donde podamos disfrutar de Dios por siempre. (Haydock)

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