¿Cómo puede el universo tener un “comienzo” cuando la ciencia moderna dice que la energía es eterna?

PROBLEMA: Según la Primera Ley de la Termodinámica, “La energía no se crea ni se destruye”. Si esto es así, entonces el universo debe ser eterno, ya que está hecho de energía indestructible. Sin embargo, la Biblia indica que el universo tuvo un “principio” y no existía antes de que Dios lo “creara” ( Génesis 1:1 ). ¿No es esto una contradicción entre la Biblia y la ciencia?

SOLUCIÓN: Aquí hay un conflicto de opiniones, pero no una verdadera contradicción de hecho. La evidencia fáctica indica que el universo no es eterno, pero sí tuvo un comienzo tal como dice la Biblia. Varias observaciones son relevantes aquí.

En segundo lugar, otra ley científica bien establecida es la Segunda Ley de la Termodinámica. Afirma que "la cantidad de energía utilizable en el universo está disminuyendo". De acuerdo con esta Ley, el universo se está acabando. Su energía se está transformando en calor inutilizable. Si esto es así, entonces el universo no es eterno, ya que se habría quedado sin energía utilizable hace mucho tiempo. O, para decirlo de otra manera, si el universo se está desenrollando, entonces se dio cuerda.

Si tuviera una cantidad infinita de energía, nunca se agotaría. Por tanto, el universo tuvo un principio, tal como dice Génesis 1:1 .

Génesis 1:1 ¿Cómo podría saber el autor de Génesis lo que sucedió en la creación antes de que él mismo fuera creado?

PROBLEMA: La erudición cristiana tradicional ha sostenido que los primeros cinco libros de la Biblia fueron escritos por Moisés. Los primeros dos Capítulos del Libro de Génesis se leen como un relato de un testigo presencial de los eventos de la creación. Sin embargo, ¿cómo pudo Moisés, o cualquier otro hombre, escribir estos Capítulos como si fuera un testigo ocular, ya que no habría existido en ese momento?

SOLUCIÓN: Por supuesto, hubo un testigo ocular de la creación: Dios, el Creador. Estos capítulos son obviamente un registro de la creación que Dios informó específicamente a Moisés a través de una revelación especial. La tendencia a hacer preguntas como, "¿Cómo supo el cronista que los minerales precedieron a las plantas y las plantas precedieron a los animales?" traiciona un sesgo antisobrenatural y una negativa a considerar explicaciones alternativas distintas de las propuestas por la ciencia naturalista.

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