Santiago, siervo de Dios y de nuestro Señor Jesucristo. Algunos han dudado de que el autor de esta epístola fuera el apóstol Santiago, porque no se llama a sí mismo apóstol. Por el mismo argumento débil podríamos rechazar las tres epístolas de San Juan y su Apocalipsis, y la epístola de San Judas. Tampoco San Pablo se da a sí mismo este título en los de los tesalonicenses, los filipenses, Filemón o los hebreos.

--- A las doce tribus, que están dispersas. Literalmente, que están en la dispersión. Es decir, a los judíos convertidos en todas las naciones. --- Saludos. [1] Literalmente, salvación. Que comprende mucho lo mismo que, cuando San Pablo dice, gracia, paz, misericordia, etc. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Salutem, griego: chairein, salvari, salvos esse.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad