1 Juan 2:2

I. El mundo cristiano aquí nos presenta extremos opuestos de opinión, así como diversidades. Si exceptuamos, por un lado, a aquellos que ponen una limitación al valor intrínseco del sacrificio del Redentor, quienes, mediante una especie de proceso aritmético, estiman el valor de la expiación por el número de aquellos a quienes realmente salva, y, en por otro lado, aquellos que infieren la salvación universal como una consecuencia necesaria de la expiación de Jesucristo, las discrepancias restantes son más el resultado de una mala interpretación que de cualquier oposición de opinión.

El hombre que mira el sacrificio de Cristo en vista de algún propósito secreto de Dios y de los resultados reales que fluirán de él, se convierte en el defensor severo e inquebrantable de la expiación limitada, y parece estar directamente en guerra con otro que, mirando a la naturaleza intrínseca del sacrificio de Cristo y su adaptación a otros resultados más amplios y generales, se convierte en el no menos severo e inquebrantable defensor de la expiación ilimitada.

II. Todas las leyes por las que Dios gobierna los diferentes sistemas son generales en su carácter; todos Sus arreglos para nuestro mundo se basan en principios generales. La luz del sol es suficiente para todos; las lluvias del cielo bastan para todos. Y si un hombre no ve la luz, la razón está en sí mismo y no en el sol.

III. No podemos dejar de sorprendernos con el carácter de universalidad que marca los términos en los que la Biblia habla de la obra sacrificial de Jesucristo. "Cristo se dio a sí mismo en rescate por todos". Confieso que no entiendo el Evangelio si esta no es una de sus doctrinas cardinales, si el ofrecimiento indiscriminado de Jesucristo, y del perdón y la vida eterna por Él, no se hace a la raza, y con tanta verdad, honestidad y sinceridad. sinceramente hecho a un individuo como a otro de la raza.

E. Mason, A Pastor's Legacy, pág. 271.

Referencias: 1 Juan 2:2 . Homilista, tercera serie, vol. vii., pág. 255; RW Dale, Christian World Pulpit, vol. xxvii., pág. 313.

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