15-18 En cuanto al orden del tiempo y la entrada en su obra, Cristo vino después de Juan, pero en todos los demás aspectos fue antes que él. La expresión muestra claramente que Jesús tenía existencia antes de aparecer en la tierra como hombre. Toda la plenitud habita en él, del cual sólo los pecadores caídos tienen y recibirán, por la fe, todo lo que los hace sabios, fuertes, santos, útiles y felices. Todo lo que recibimos de Cristo se resume en esta única palabra: gracia; hemos recibido "incluso la gracia", un don tan grande, tan rico, tan inestimable; la buena voluntad de Dios hacia nosotros, y la buena obra de Dios en nosotros. La ley de Dios es santa, justa y buena, y debemos hacer un uso adecuado de ella. Pero no podemos obtener de ella el perdón, la justicia o la fuerza. Nos enseña a adornar la doctrina de Dios nuestro Salvador, pero no puede suplir el lugar de esa doctrina. Como ninguna misericordia viene de Dios a los pecadores sino por medio de Jesucristo, ningún hombre puede llegar al Padre sino por medio de él; ningún hombre puede conocer a Dios, sino como se le da a conocer en el Hijo unigénito y amado.

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