Adúlteros y adúlteras, que han quebrantado su fe en Dios, su legítimo cónyuge. ¿No sabéis que la amistad o el amor del mundo, el deseo de la carne, el deseo de los ojos y el orgullo de la vida, o el cortejar el favor de los hombres mundanos, es enemistad contra Dios? Todo aquel que desee ser amigo del mundo. Todo aquel que busque la felicidad o el favor del mundo, se constituye así en enemigo de Dios; y ¿puede esperar obtener algo de él?

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