Tienes en Cristo mucho más de lo que te prometen y exigen los falsos maestros, porque Él es superior a todos los poderes espirituales.

( Colosenses 2:8 ) Esté atento para no ser desviado. Más de un falso maestro está tratando de arrebataros como botín para sí mediante esa filosofía suya que conocéis, que está vacía tanto intelectual como moralmente, que toma como norma de conducta la tradición humana y el saber mundano (que en realidad es meramente A, B, C), no la norma del Cristo personal.

( Colosenses 2:9 ) (Es un error seguir tal enseñanza) porque en Cristo, y solo en Él, habita ahora y para siempre nada menos que la suma de todos los atributos de la Deidad, en Él encarnado, ( Colosenses 2:10 ) y también porque ya has recibido toda la plenitud posible en Él, y no puedes obtener más que de Él, quien es supremo en poder y la única fuente de vida para todo Poder y Autoridad, por elevados que sean.

( Colosenses 2:11 ) ¿Te instan a que te circuncides? Recibisteis de una vez por todas la altísima circuncisión en Cristo, circuncisión hecha sin el toque de manos humanas, cuando os despojasteis de vuestro cuerpo con sus malas tendencias, cuando recibisteis la circuncisión que Cristo da; ( Colosenses 2:12 ) Porque fuisteis sepultados con Cristo en vuestro bautismo, en el cual, recordad, también habéis resucitado con Él (no, por supuesto, por el bautismo como un mero medio mecánico, sino) por vuestra fe en la obra de Dios para producir en usted tal vida de resurrección como Él la produjo en la resurrección de Cristo.

( Colosenses 2:13 ) Él resucitó a Cristo de entre los muertos, ¿no es así? Así también os resucitó a vosotros, que estabais muertos hace mucho tiempo, muertos por vuestras transgresiones y por el estado incircunciso y no consagrado de vuestros cuerpos, pero os dio vida juntamente con Cristo, al mismo tiempo que os perdona (a vosotros, no, debo decir ) nosotros todas nuestras transgresiones; ( Colosenses 2:14 ) borrando el vínculo de la Ley firmada por nuestra conciencia, con sus exigencias de innumerables leyes rituales y costumbres, que en sí misma era nuestra enemiga—y Cristo la ha quitado de su lugar que nos separaba de Dios, clavándola arriba en triunfo, como cancelado, a Su cruz; ( Colosenses 2:15) despojándose de todos los poderes espirituales que antes le habían ayudado, y así los mostró sin reservas en su verdadera debilidad, tratándolos como meros cautivos arrastrados en su séquito, y esto en la escena de su propia debilidad, en su misma cruz.

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