Pero aunque sea grosero en el habla, no lo soy en el conocimiento; es más, de todas maneras os hemos manifestado esto en todas las cosas. [Paul admite que una de sus críticas era cierta. De hecho, prestó poca atención a las leyes de la retórica, y desdeñó debilitar su pensamiento cargándolo con adornos verbales o las expresiones estudiadas que las escuelas consideraban elocuencia. Pero aunque era así de grosero en el habla, un asunto de muy poca importancia, no era deficiente en la importantísima esfera del conocimiento. Los corintios habían tenido todas las oportunidades para ponerlo a prueba en este particular, y sintió que la verdad de su declaración debía ser tan manifiesta para ellos que no necesitaba más prueba.]

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Antiguo Testamento