Sabemos lo que adoramos ; los judíos tenían tanto un sistema de adoración divinamente designado como una clara revelación de Dios de su naturaleza y el servicio requerido por él. Los samaritanos recibieron sólo los cinco libros de Moisés, y sus servicios en el monte Gerizim fueron sin autorización divina y mezclados con observancias supersticiosas.

La salvación es de los judíos ; de ellos había de venir el Mesías.

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Antiguo Testamento