(9) Porque nuestra conversación está en el cielo; de donde también buscamos al Salvador, al Señor Jesucristo:

(9) Él pone en contra de estos compañeros verdaderos pastores que descuidan las cosas terrenales y aspiran solo al cielo, donde saben que incluso en sus cuerpos serán revestidos con esa gloria eterna, por el poder de Dios.

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